Papa Francisco pide oraciones tras atentados terroristas en Pakistán, Australia y Yemen

Papa Francisco pide oraciones tras atentados terroristas en Pakistán, Australia y Yemen
Foto L'Osservatore Romano

El Papa Francisco ha condenado los recientes atentados perpetrados por terroristas musulmanes en Yemen, Sidney (Australia) y Pakistán, este último ocurrido ayer mismo en el que fueron asesinados más de 100 niños.

Al final de la audiencia general de este miércoles, el Santo Padre pidió "un momento de silencio" y a continuación "un Padrenuestro para orar juntos por las víctimas de los inhumanos ataques terroristas ocurridos en los días pasados en Australia, Pakistán y Yemen".

"El Señor acoja en su paz a los difuntos, reconforte a los familiares y convierta los corazones de los violentos que no se detienen ni siquiera ante los niños", agregó.

Pakistán sufrió uno de los peores ataques terroristas de su historia. Un grupo de talibanes accedió a una escuela de la ciudad de Peshawar y disparó sin reparos a niños y adultos. Murieron 141 personas, entre ellos 132 estudiantes y 9 empleados de colegio.

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El gobierno del país ha previsto tres días de luto nacional y las banderas permanecerán a media asta en los edificios gubernamentales por la masacre.

Ayer, al menos 26 personas, entre ellas 16 estudiantes, han resultado muertas por un atentado con dos coches bomba contra un dirigente de la milicia shiíta Ansarualá en el centro de Yemen. Las autoridades del país creen que  ha sido provocado por una de las redes del grupo terrorista de Al Qaeda.

En Sidney también se ha vivido una semana trágica. Un islamista radical accedió el pasado lunes por la mañana a una cafetería y mantuvo en cautiverio a 17 personas durante 16  horas. Finalmente, la policía accedió al establecimiento y la operación se saldó con tres muertos, entre ellos el secuestrador, y cuatro heridos. El secuestrador dijo apoyar y estar vinculado con el llamado Estado Islámico.

Precisamente, el Arzobispo de Sydney (Australia), Mons. Anthony Fisher, celebró ayer la Misa por las víctimas del secuestro del Lindt Café, Tori Johnson y Katrina Dawson. En su opinión, ambos donaron sus vidas por los demás rehenes, "imitando el sacrificio de Cristo, quien dijo que no hay amor más grande que dar la vida por los otros".

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El administrador del local, Johnson, "aparentemente viendo una oportunidad", se fue contra el secuestrador y agarró la pistola, recordó el Prelado. "Trágicamente, esta se disparó causándole la muerte, pero esto provocó la respuesta de la policía y la libertad para el resto de rehenes. Los informes también han señalado que Katrina Dawson estaba protegiendo a una amiga embarazada de los disparos. Estos héroes estaban dispuestos a dar sus vidas para que otros puedan vivir, imitando el sacrificio de Cristo quien dijo que no hay amor más grande que dar la vida por los otros", afirmó Mons. Fisher.

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