14 de abril de 2023 / 12:01 AM
Santa Liduvina tuvo una vida completamente fuera de lo común. Le tocó vivir con una grave enfermedad que la hizo sufrir por décadas, dejándola postrada y sufriendo un deterioro paulatino de sus capacidades físicas.
Sin embargo, incontables gracias concedió el Señor a través de ella, sirviéndose de su paciencia, de su oración constante y, principalmente, de su corazón generoso, amante del Señor. La Iglesia Católica la considera patrona de los enfermos crónicos.
Liduvina vivió postrada en una cama desde los 15 años, y supo hacer de su sufrimiento una ofrenda de amor a Dios por la salvación de los hombres, en especial por quienes viven en pecado constante. Descubrió en ello un camino para dar fruto, sin lugar a dudas uno dificilísimo, uniéndose a la Pasión y Muerte de Cristo.