En 1916 se casó con Bronislaw Leszczynski, con quien tuvo dos hijos y una hija. Sin embargo, fue separada de los varones de su familia cuando Alemania invadió Polonia en 1939.
Tras ser capturada por los nazis, es enviada junto a su hija al campo de concentración de Auschwitz, donde como parte de las prácticas de los nazis, las mujeres que quedaban embarazadas eran asesinadas, pues consideraban que los bebés eran “inútiles” y retrasaban las labores de las madres en el campo de concentración.
Por ese motivo, “Mutti” (Madre) como apodaron a Stanislawa en el campo, tuvo que improvisar una “sala de maternidad” en las barracas que se encontraban junto a las calderas, que estaban infestadas de toda clase de insectos y humedad. Sin embargo, ese lugar se convirtió en la salvación de miles de madres y niños por nacer. La profunda fe católica de la matrona la llevó a bautizar a cada recién nacido con la señal de la cruz en la frente.
“Mutti” estuvo en Auschwitz hasta su liberación por las tropas soviéticas el 26 de enero de 1945, falleció en 1974 y su causa de canonización se ha introducido en la Diócesis de Lodz.