Este domingo, 28 de diciembre, concluye solemnemente el Año Jubilar en las iglesias locales de todo el mundo, un tiempo de gracia que comenzó el 29 de diciembre de 2024.
En cada diócesis, los obispos designaron iglesias o capillas jubilares donde los fieles pudieron obtener las indulgencias propias del Jubileo, del mismo modo que los peregrinos que acudieron a Roma.
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En la capital italiana, el arcipreste de la Basílica de San Pablo Extramuros, el Cardenal James Harvey, presidió este domingo la celebración eucarística con el rito de clausura de la Puerta Santa, uno de los signos más visibles del final del Año Santo en las basílicas papales.
“Peregrinos de la esperanza”
El Jubileo 2025 tuvo como lema Peregrinantes in Spem —Peregrinos de la esperanza. En la bula de convocatoria Spes non confundit, el Papa Francisco expresó su deseo de que este tiempo jubilar ayudara a reavivar la esperanza en el corazón de todas las personas, incluso en medio de la incertidumbre y el desánimo que marcan el presente.
“La esperanza habita en el corazón de todo ser humano como deseo y espera del bien”, recordó el Pontífice argentino en el documento, subrayando que el Jubileo debía ser una ocasión para renovar la confianza en Dios y en su gracia, especialmente para quienes miran el futuro con escepticismo o pesimismo.
Clausura de las Puertas Santas en las basílicas papales
La clausura progresiva de las Puertas Santas en las basílicas papales de Roma ha marcado los últimos días del Año Santo. En la solemnidad de la Navidad tuvo lugar el rito de cierre de la Puerta Santa de la basílica de Santa María la Mayor, presidido por el cardenal Rolandas Makrickas.
En esa ocasión, el purpurado subrayó que, aunque se cierre la Puerta Santa, “el corazón de Dios permanece siempre abierto”, e invitó a los fieles a vivir la esperanza a través de la escucha de la Palabra, la acogida del prójimo y el perdón.
Un día después, el sábado 27 de diciembre, se cerró la Puerta Santa de la basílica de San Juan de Letrán. El cardenal vicario de Roma, Baldassare Reina, afirmó durante el rito que la herencia del Jubileo es la proximidad: “Manifestar la presencia de Dios allí donde faltan fraternidad, justicia, verdad y paz”.
Clausura definitiva el 6 de enero
El Jubileo Ordinario será clausurado definitivamente el próximo 6 de enero de 2026, solemnidad de la Epifanía del Señor, cuando el papa León XIV cierre la Puerta Santa de la basílica de San Pedro en el Vaticano. Al anunciar este momento conclusivo, el Papa Francisco expresó su deseo de que “la luz de la esperanza cristiana alcance a todas las personas, como mensaje del amor de Dios dirigido a todos, y que la Iglesia sea testigo fiel de este anuncio en todas las partes del mundo” (Spes non confundit, 6).




