Una diócesis mexicana publicó normativas sobre la música que está permitida en las Misas de Matrimonio, haciendo importantes precisiones sobre recurrir a temas de películas, música popular o el uso de mariachi durante la liturgia. 

La Diócesis de Cuernavaca, ubicada en el estado de Morelos (México), compartió el 22 de diciembre el documento Música para la Celebración del Matrimonio. Orientaciones prácticas, elaborado por la Dimensión de Música Sacra diocesana.  

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El estado de Morelos se ha convertido en uno de los destinos más populares para las parejas que desean casarse, especialmente en el centro del país, debido a la belleza de sus iglesias, amplios jardines y clima acogedor. 

Según explica al inicio del documento Mons. Ramón Castro Castro, Obispo de Cuernavaca, este material tiene como propósito “favorecer la unidad, la belleza y la espiritualidad de las celebraciones litúrgicas en donde se celebre el sacramento del Matrimonio”. 

En este sentido, el prelado expresó su deseo de que “cada boda sea verdaderamente una acción de alabanza y oración de la Iglesia, para entrar en el misterio del amor de Cristo y de la Iglesia, que el sacramento manifiesta y celebra”. 

El texto incluye criterios pastorales, orientaciones litúrgicas y un repertorio que, según señala Mons. Castro Castro, está “aprobado para acompañar dignamente nuestras celebraciones”.  

¿Canciones de películas? 

La Diócesis de Cuernavaca explica que, en el momento de recibir y acoger a los contrayentes, “no existe una procesión particular para el novio y otra para la novia”. El texto indica que únicamente es “una procesión acompañada por un sólo canto”.  

Citando la Instrucción General del Misal Romano, el documento de la Diócesis de Cuernavaca señala que “el Ritual ofrece dos posibilidades. Recibir y saludar a los novios a la puerta de la iglesia para entrar con ellos en procesión hacia el altar; o recibirlos en el lugar preparado para los novios o, también, desde la sede, al llegar los novios a su lugar”. 

Aunque este momento suele aprovecharse para interpretar música del gusto personal de las parejas, la diócesis aclara que es necesario “evitar utilizar piezas de moda como bandas sonoras de películas, himnos de equipos deportivos, o música popular que no ha sido compuesta para uso litúrgico”. 

El documento advierte que algunas de las marchas nupciales más conocidas, como las de Richard Wagner y Felix Mendelssohn, “no cumplen los debidos criterios litúrgicos, de manera que no son correctas para la liturgia del sacramento en ningún momento”.  

Señala que ambas canciones proceden de obras teatrales. Por ejemplo, el texto indica que Lohengrin de Wagner, conocida como La Marcha Nupcial, “acompaña a la pareja a la recámara y no al altar”, mientras que la obra de Mendelssohn, tomada de la obra de Shakespeare Sueño de una Noche de Verano, “acompaña a un matrimonio ridículo (puesto que la obra es una comedia)”.  

Como alternativa, la diócesis recomienda en su documento diversas composiciones litúrgicas. 

¿Se puede celebrar una boda con mariachi? 

El documento reconoce que en la diócesis existe la costumbre de celebrar la “Misa con Mariachi”, música tradicional mexicana considerada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad interpretada por músicos vestidos al estilo del charro mexicano, a quienes también se conoce como “mariachi”. Sin embargo, aclara que recurrir a ese género musical siempre debe ser “una decisión que se tome en plena comunicación con quien preside la celebración”.  

Explica el texto que es importante que “el mariachi tenga experiencia y conocimiento de la liturgia y sus ritos; y que cuente con distintas sugerencias de repertorio para los cantos y la música apropiada para la boda”. 

Silencio en los momentos clave 

Las orientaciones diocesanas también destacan la importancia del silencio litúrgico en los momentos centrales de la ceremonia. De acuerdo con el documento, no debe haber música, ni siquiera instrumental, durante el interrogatorio, el consentimiento, la entrega de los anillos, las arras y la bendición nupcial. 

Basado en el Catecismo de la Iglesia Católica, el texto recuerda que los esposos sellan su consentimiento “mediante la ofrenda de sus propias vidas, uniéndose a la ofrenda de Cristo por su Iglesia, hecha presente en el sacrificio eucarístico, y recibiendo la Eucaristía, para que, comulgando en el mismo Cuerpo y en la misma Sangre de Cristo, formen un solo cuerpo en Cristo”. 

Asimismo, se recalca que oraciones como el Gloria, el Santo, el Padre Nuestro y el Cordero de Dios no pueden modificarse y que si no pueden ser cantadas deben recitarse. 

Música que “brote de la fe” 

El director de la Dimensión de Música Sacra de la Diócesis de Cuernavaca, P. Cristian Alejandro Hernández Orduña, afirmó en el documento que se busca “cuidar la belleza y la coherencia del signo litúrgico”, así como ayudar a que las bodas sean “cada vez más dignas, auténticas y acordes con el espíritu de la liturgia nupcial”. 

El P. Hernández Orduña expresó su deseo de que la música sea tomada no sólo como un simple “’adorno o acompañamiento’, sino verdadero ministerio al servicio del amor y de la gracia de Dios, manifestadas en el sacramento del matrimonio”.