Una alianza improbable ocupó el centro del escenario el domingo. La rapera Nicki Minaj se unió a Erika Kirk, viuda de Charlie Kirk y directora ejecutiva de Turning Point USA, sobre el escenario de AmericaFest, donde recibió una ovación de pie por su firme apoyo a los cristianos perseguidos en Nigeria.
Hablando ante una multitud de más de 30.000 personas, la cantante recordó al público universitario: “Ahora mismo, en este mundo, hay personas que no pueden adorar a Dios como quieren, donde quieren. Si los damos por sentados porque nosotros sí lo tenemos — no podemos ni imaginar no tener eso, ¿verdad? — pero cada vez que oramos en comunidad, tenemos que recordar a las personas que ahora mismo, en este mundo, se esconden para poder orar en comunidad”.
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Sus palabras llegaron justo el día en que 130 escolares secuestrados fueron liberados; gracias a Dios, estarán en casa con sus familias a tiempo para celebrar la Navidad.
“Y tenemos que rezar por ellos”, dijo Minaj, de 43 años, acerca de quienes sufren en el país devastado por la guerra.
Para este ícono de la música y la moda, es algo personal.
“En primer lugar, Nigeria es un lugar que siempre he amado. Alguien que me es muy querido, mi pastor, es nigeriano; tengo muchos lazos con Nigeria, y entonces escuchar que la gente está siendo secuestrada —mientras están en la iglesia, la gente está siendo secuestrada, la gente está siendo asesinada, brutalizada, todo por su religión— eso debería provocar indignación en Estados Unidos, y eso es lo que está ocurriendo”.
Aunque Minaj pueda levantar cejas con algunas de sus letras y elecciones de vestuario, su voz sobre la persecución de cristianos puede ayudar a hacer sonar la alarma sobre esta situación tan grave. Y también prometió seguir usando su plataforma pública para hablar en nombre de los perseguidos.
“Ya no vamos a echarnos atrás. No vamos a ser silenciados por los matones nunca más. ¿De acuerdo? Sepan eso. Escuchen eso. Recíbanlo. Matones: no volveremos a ser silenciados. Alzaremos la voz por los cristianos dondequiera que estén en este mundo”.
Minaj también habló abiertamente de su fe cristiana y del papel que su abuela desempeñó al enseñarle a orar.
“Mi relación con Dios comenzó, bueno, cuando yo era una niña pequeña en Trinidad. Mi abuela, si las cosas se ponían tensas en la casa, si los hijos y los nietos estaban discutiendo o peleando, hacía que todos los niños pequeños fuéramos a su cuarto y nos hacía decir una oración. Cuando tenía como 10, 11, 12 años, empecé a ir a la iglesia en Nueva York, y eso lo cambió todo; cambió mi vida para mejor porque iba todas las semanas. Escuchaba la palabra de Dios predicada, y luego me iba a casa y la aplicaba a mi vida. Incluso siendo una niña pequeña, aprendí a orar muy pronto”.
Y para la joven Nicki, dijo, su fe no era tibia.
“Siempre he tenido esta fe que hace que la gente piense, ya sabes, el tipo de fe que hace que la gente piense que una persona está loca, como: ‘Ay, por favor’, ya sabes, pero yo tenía eso, instintivamente, una vez que empecé a adentrarme más en la Biblia. Me bauticé cuando tenía unos 13 años. Me bauticé, y desde entonces siempre he aplicado esas enseñanzas a mi vida. Lo intento, quiero decir, y esa es la cuestión: no somos perfectos. Lo intento”.
Minaj también habló abiertamente de sentirse aislada en este mundo secular, de haberse alejado de su fe, pero de haber encontrado a Dios esperándola cuando regresó.
“A veces me despertaba y me sentía tan alejada, no de Dios, sino de la comunidad”, dijo, explicando cómo solía asistir a servicios y eventos tres veces por semana cuando era más joven. “Y luego, ya más adelante en la vida, te vuelves ocupada y empiezas a pensar: ‘Oh, bueno, Dios está en mi corazón’. Pero entonces, a veces, también puedes estar en una industria que te aleja aún más, así que últimamente he sentido como si no hubieras visto a una mejor amiga de toda la vida durante mucho tiempo, y luego te la vuelves a encontrar; así es como me he sentido, como volver a Dios y orar y hablar con Él, y, ya sabes, Él me dijo: ‘¿Dónde estabas? ¿Dónde has estado? ¡Te he estado esperando!’”.
Y ahora, su enfoque en la fe ha vuelto a encaminarse.
“Y desde ese momento, algo mejora, porque ahora pienso: ‘¿Está contento Dios?’. No si los matones y los feos están contentos, sino si Dios está contento. Y cuando tienes esa relación personal con Dios, ¿sabes qué? Incluso en la escuela, Él está allí. Dondequiera que estés y cuando lo necesites, tienes algo a lo que puedes recurrir de inmediato. Es inmediato. No tienes que dejar un mensaje. Él no te va a devolver la llamada. Él está inmediatamente ahí para ti. Llámalo; y en el primer timbrazo, Él va a contestar. Y quiero que ustedes lo recuerden”.
Kirk le preguntó a Minaj por qué pensaba que decir la verdad o expresar lo que uno piensa se ha vuelto tan controvertido.
“Porque la gente ya no está usando su mente, su cerebro. Así que ahora mismo, imaginen, ya no se nos permite tener una opinión diferente. Ya no se nos permite pensar en voz alta. El mundo no solía sentirse así”.
Dirigiéndose a los “jóvenes”, como ella los llamó, Minaj dijo: “Si están creciendo en un mundo que les dice que es tabú decir algo con lo que las masas no están de acuerdo, bueno, eso no está bien; no lo vamos a aceptar. Y amo que esto les esté dando a los más jóvenes la confianza que necesitarán más adelante en la vida. Ustedes la necesitarán, y la tendrán. Así que sí, estoy apostando por ustedes”.
Antes de que el vicepresidente JD Vance subiera al escenario, Minaj terminó su mensaje contracultural animando a las multitudes de estudiantes universitarios presentes en el recinto: “Vamos a seguir siendo pensadores en un mundo que no quiere que pensemos. Pensaremos por nosotros mismos, por nuestra cuenta. Seguiremos pensando”.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en el National Catholic Register.




