Los cristianos en Nigeria continúan demostrando resiliencia y vitalidad en medio de los violentos ataques de grupos extremistas como Boko Haram, afirmó un sacerdote del país africano.

En una reciente entrevista con Christian Peschken de EWTN Alemania, el P. Maurice Emelu —ahora ciudadano estadounidense y fundador de Gratia Vobis Ministries— describió la extraordinaria capacidad de la fe en Nigeria para florecer “en suelo árido”.

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“En Nigeria, la fe crece en los mismos lugares donde la vida intenta romperla. Nuestra gente no está romantizando el dolor; está descubriendo a Cristo en él. La Iglesia prospera no porque nuestros desafíos sean pequeños, sino porque la gracia es terca. La gracia tiene una manera de florecer en suelo duro”, dijo Emelu.  

Al intentar describir la persecución contra los cristianos en Nigeria, agregó: “El sufrimiento aquí tiene un rostro… La violencia y los asesinatos ocurren con una frecuencia tan asombrosa que uno siente que no es real. La gente me dice que muchos de los asesinatos ni siquiera llegan a los medios. El dolor es simplemente insoportable”.

A pesar del sufrimiento, la esperanza arde aún más. “Estos creyentes literalmente caminan con valentía hacia la iglesia… desafiando balas de fuego de frente”, señaló el teólogo y profesor nigeriano, y precisó: “Son verdaderos héroes y testigos del Señor crucificado”.

El P. Emelu subrayó que los sacerdotes y religiosos que sirven en Nigeria viven bajo una presión extrema: noches sin dormir, amenazas constantes y parroquias enormemente pobladas.

En ese sentido identificó cuatro virtudes esenciales para el ministerio en ese entorno: resiliencia interior, humildad de presencia, integridad inquebrantable y lo que él llama “amor contagioso”.

‘Permanecer en la tormenta y aún así hablar de paz’

“Un sacerdote nigeriano debe aprender a permanecer en la tormenta y aún así hablar de paz”, afirma el P. Emelu, quien se desempeña como director de los programas de posgrado en marketing digital y estrategia de comunicación, y como profesor asistente de comunicación en la Universidad John Carroll.

Las necesidades de los cristianos nigerianos son muchas, dijo en la entrevista, agregando que organizaciones como la suya, así como grupos como Catholic Charities, ya están trabajando. Sin embargo, ha observado que la magnitud de la crisis exige mucho más.

Dijo que el clero de la diócesis católica de Orlu en Nigeria cree que la Iglesia universal puede ayudar ofreciendo acompañamiento espiritual, formación, apoyo en salud mental y el don del simple reconocimiento.

“A veces, el mayor apoyo es ser vistos, realmente vistos, por los sacrificios que hacemos”, dijo, agregando que, en el terreno, la ayuda financiera es urgentemente necesaria para reconstruir hogares, iglesias y escuelas.

Los jóvenes nigerianos, observa, son de los más vibrantes de la Iglesia, pero están “muy exigidos por las demandas de la supervivencia”.

La Iglesia, considera, debe hablar a sus almas y a su realidad social. Eso implica primero enraizarlos en Cristo. “Una persona joven anclada en Cristo puede mantenerse firme incluso cuando el mundo a su alrededor tiembla”, afirmó.

El sacerdote católico, que colabora como consultor para Pax Press Agency en Ginebra sobre la participación de la Santa Sede en la ONU en esa ciudad, dice que la formación espiritual por sí sola no es suficiente.

La Iglesia, señala, también debe invertir en formación de la conciencia, imaginación, alfabetización digital crítica y orientación ética, incluso sobre tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, un tema que el Santo Padre ha elevado a nivel global. “Cuando las personas están bien formadas”, dice, “pueden actuar de manera más ética”.

A pesar de la violencia en el norte de Nigeria, Emelu insiste en que muchos musulmanes no apoyan el extremismo y que ya existe una colaboración interreligiosa significativa, que debe continuar.

En este entorno frágil, afirma, la espiritualidad católica tiene un poder inmenso.

“La Eucaristía, la devoción mariana y el perdón no son virtudes blandas; son fuerzas transformadoras”, dijo, agregando: “La Eucaristía nos enseña que la comunión es más fuerte que el conflicto. María nos muestra cómo permanecer al pie de la Cruz sin permitir que el odio eche raíces”.

El sacerdote señala también que el perdón es un realismo radical, y explica: “Es valentía espiritual. Protege el corazón mientras la verdad guía la voz. La paz no proviene de evitar la verdad, sino de decirla con un corazón purificado por el amor”.

El P. Emelu dijo que la Iglesia en Nigeria es un motor misionero del mundo católico y destacó tres dones que el país ofrece a la Iglesia universal: cómo sufrir, la alegría en medio del sufrimiento y el ardor misionero. “Se ve en los miles de sacerdotes nigerianos que revitalizan parroquias alrededor del mundo”.

Para Emelu, el testimonio de Nigeria es simple y sacramental: “La esperanza no es una idea. Es algo que puedes tocar —en una comida, un gesto, una palabra—”.

“Nigeria me ha enseñado que la santidad se esconde en lo ordinario —si tienes ojos para ver—. La resiliencia de nuestra gente es un catecismo vivo,” aseugó.  

Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en ACI África.