Durante la Audiencia General de este miércoles, el Papa León XIV invitó a “leer la vida bajo el signo de la Pascua” y aseguró que es “en el corazón donde se conserva el verdadero tesoro, no en las cajas fuertes de la tierra”.

En su catequesis, el Pontífice subrayó que el verdadero valor de la vida no se mide por la acumulación material ni por el éxito económico.

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“Es, entonces, en el corazón donde se conserva el verdadero tesoro, no en las cajas fuertes de la tierra, no en las grandes inversiones financieras, hoy más que nunca enloquecidas e injustamente concentradas, idolatradas al costo sangriento de millones de vidas humanas y de la devastación de la creación de Dios”, aseguró.

El Papa advirtió que esta lógica de la acumulación termina por vaciar de sentido incluso a quienes, desde fuera, parecen haber alcanzado el éxito. “Es importante reflexionar sobre estos aspectos, porque en los numerosos compromisos que afrontamos continuamente, aflora cada vez más el riesgo de la dispersión, a veces de la desesperación, de la falta de sentido, incluso en personas aparentemente exitosas”, insistió.

El Pontífice partió de una constatación cercana a la experiencia cotidiana: la vida humana está marcada por un movimiento continuo que impulsa a “hacer, a actuar” y está condicionada por producir resultados “cada vez más rápidos en todos los ámbitos”.

"Múltiples actividades que no siempre satisfacen”

En este contexto, planteó con realismo la experiencia de muchos hombres y mujeres que están absortos “en múltiples actividades que no siempre satisfacen”. 

A continuación, advirtió de otra paradoja frecuente de quienes, a pesar de todo, al final del día “se sienten vacíos”. “¿Por qué?”, se cuestionó el Papa.

Y contestó: “porque nosotros no somos máquinas, tenemos un corazón, es más, podemos decir que somos un corazón”.

"Nosotros no somos máquinas, tenemos un corazón, es más, podemos decir que somos un corazón”, aseguro el Papa. Crédito: Daniel Ibañez/ EWTN News
"Nosotros no somos máquinas, tenemos un corazón, es más, podemos decir que somos un corazón”, aseguro el Papa. Crédito: Daniel Ibañez/ EWTN News

En este punto, León XIV recurrió al Evangelio de San Mateo para subrayar la centralidad del corazón, citando las palabras de Jesús: “Porque allí donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón” (Mt 6,21).

Frente a esta deriva social, el Pontífice propuso una mirada del mundo a partir de “Jesús Resucitado”, que significa “encontrar el acceso a la esencia de la persona humana, a nuestro corazón: cor inquietum (corazón inquieto)”.

Con esta expresión, tomada de San Agustín, explicó el dinamismo profundo del corazón humano, siempre orientado hacia su plenitud. El Pontífice aseguró que el Obispo de Hipona, con el adjetivo inquieto, “nos hace comprender el impulso del ser humano que tiende a su plena realización”.

El auténtico destino del corazón, continuó, “no consiste en la posesión de los bienes de este mundo"

El auténtico destino del corazón, continuó, “no consiste en la posesión de los bienes de este mundo, sino en alcanzar lo que puede colmarlo plenamente, es decir, el amor de Dios, o, mejor dicho, Dios Amor”.

El Santo Padre aseguró que esto sólo se encuentra “amando al prójimo que se encuentra en el camino: hermanos y hermanas de carne y hueso, cuya presencia interpela e interroga a nuestro corazón, llamándolo a abrirse y a donarse”. 

Pero para amar al prójimo, León XIV señaló que es necesario “ralentizar” el paso, para “mirarlo a los ojos, a veces cambiar de planes e incluso también de dirección”. 

“He aquí el secreto del movimiento del corazón humano: volver a la fuente de su ser, disfrutar del gozo que no termina, que no decepciona. Nadie puede vivir sin un significado que vaya más allá de lo contingente, más allá de lo que pasa”, concluyó el Pontífice.

Finalmente, pidió que no se pierda en las familias la tradición de montar el belén, que definió como una "sugerente representación del misterio de la Natividad de Cristo". "Espero que este elemento tan importante no sólo para nuestra fe, sino también para la cultura y el arte cristianos, siga formando parte de la Navidad para recordar a Jesús, que haciéndose hombre ha venido a habitar entre nosotros", aseveró.