En su segundo día de viaje internacional, el Papa León XIV hizo realidad el anhelo que dejó pendiente el Papa Francisco: celebrar en las orillas del lago Iznik, en Turquía, el 1.700 aniversario del Concilio de Nicea que cimentó la unidad del cristianismo.
Así, este viernes 28 de noviembre el Santo Padre ha hecho historia al convertirse en el primer Pontífice en visitar la ciudad donde hace 17 siglos se reunieron centenares de obispos que reafirmaron la naturaleza divina de Cristo.
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A los pies de las ruinas de la iglesia de San Neófito, al igual que hicieron los Padres conciliares, León XIV junto a Bartolomé I y diferentes líderes religiosos recordaron al mundo el vínculo profundo que une a los cristianos.
Además, el Papa aseveró en su discurso que “el uso de la religión para justificar la guerra y la violencia, como cualquier forma de fundamentalismo y fanatismo, debe ser rechazado con firmeza”.
La mañana del Santo Padre en Estambul estuvo marcada por dos eventos. Primero, se reunió en la Catedral del Espíritu Santo con la pequeña comunidad católica de Turquía, que actualmente representa el 0,04% de la población.

Desde el altar del templo, el Papa les recordó que “la lógica de la pequeñez es la verdadera fuerza de la Iglesia” y que el Reino de Dios no se impone “llamando la atención”, sino que se “desarrolla como la más pequeña de todas las semillas plantadas en la tierra”.
Después se trasladó a la residencia para ancianos de Estambul, gestionada por las Hermanitas de los Pobres, seis religiosas que se desviven cada día para garantizar el cuidado de unos 60 ancianos sin familia y con problemas de salud, procedentes de distintas nacionalidades y religiones.

De este encuentro quedaron para el recuerdo emotivas imágenes del Pontífice junto a los ancianos, a quienes recordó que representan “la sabiduría de un pueblo, una riqueza para los nietos, para las familias, para toda la sociedad”.

A su regreso a Estambul después de visitar Iznik a primera hora de la tarde, el Pontífice mantuvo un encuentro privado con obispos del país y más tarde se retiró a descansar.

El sábado será una jornada intensa, marcada por la firma de una declaración conjunta con Bartolomé I y la primera Misa de este histórico viaje.



