Este sábado, el Papa León XIV se encontró con un grupo de peregrinos y fieles en la Plaza de San Pedro, ante quienes aseguró que la esperanza cristiana debe llevarnos a dar “testimonio de la vida nueva” y de que “la luz crece incluso en medio de las dificultades”.

La catequesis del Papa León en esta nueva audiencia jubilar se centró en el tema “Esperar es dar testimonio”, poniendo como ejemplo práctico la vida de Isidoro Bakanja, joven beato mártir congoleño.

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“Queridos hermanos y hermanas, tener esperanza es dar testimonio: dar testimonio de que todo ha cambiado, de que nada es como antes. Por eso hoy quiero hablarles de un testimonio de la esperanza cristiana en África. Se llama Isidoro Bakanja y, desde 1994, es beato y patrono de los laicos en el Congo”, expresó el Santo Padre.

Nacido en 1885, Isidoro entabló amistad con misioneros católicos cuando su país era todavía una colonia belga. Como no habían escuelas en su ciudad, se convirtió en aprendiz de albañil. A los 20 años, gracias a la predicación de estos misioneros, monjes trapenses, se convirtió y recibió el bautismo.

“Desde ese momento, su testimonio se hizo cada vez más luminoso. Tener esperanza es dar testimonio: cuando damos testimonio de la vida nueva, la luz crece incluso en medio de las dificultades”, aseguró el Papa León.

Isidoro trabajaba como jornalero “para un amo europeo sin escrúpulos”, quien no soportaba “su fe ni su autenticidad”, continuó el Papa. Esta persona “odiaba el cristianismo y a los misioneros que defendían a los indígenas de los abusos de los colonizadores”. El joven soportó de su patrón horribles torturas, pero siempre “sin perder la esperanza” y llevando hasta el final su escapulario de la Virgen María.

“¡Esperar es dar testimonio! Isidoro muere declarando a los Padres Trapenses que no guarda rencor; de hecho, promete rezar, incluso en el más allá, por aquellos que lo han reducido a tal estado”, contó el Pontífice.

“Esta, queridos hermanos y hermanas, es la palabra de la Cruz. Es una palabra viva que rompe las cadenas del mal. Es una nueva fuerza que desconcierta a los orgullosos y derroca a los poderosos de sus tronos. Así nace la esperanza”, añadió.

Recordando la primera Carta de San Pablo a los Corintios, el Papa León resaltó la importancia de dar testimonio del cielo a través de la vocación propia. Son los criterios de Dios, “que siempre provienen de los más pequeños”, los que revitalizan el mundo.

“La palabra de la Cruz, de la que Pablo da testimonio, despierta la conciencia y reaviva la dignidad de cada persona”, dijo.

“Esperar es dar testimonio de que la tierra puede asemejarse verdaderamente al cielo. Y este es el mensaje del Jubileo”, aseguró el Papa León.

Finalmente, saludó en diversos idiomas a los peregrinos de todo el mundo que durante estos días participan de diversas actividades del Jubileo de la Esperanza.