El viernes 31 de octubre surgieron pruebas gráficas de masacres a gran escala de civiles en Sudán, incluyendo imágenes satelitales que muestran cuerpos y suelo manchado de sangre fuera de un hospital en Darfur.

Más de 460 pacientes y familiares fueron reportados como asesinados a tiros en el Hospital de Maternidad Saudita de El Fasher el martes, después de que el ejército sudanés se rindiera ante combatientes paramilitares el último domingo, tras un asedio de 18 meses.

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Según informes de prensa, las fuerzas gubernamentales aún mantienen el control de la capital, Jartum.

Esta masacre es la última tragedia en el conflicto que ha devastado la región occidental de Darfur desde que estalló la guerra civil a gran escala en 2023.

La guerra entre las facciones militares rivales —las Fuerzas Armadas de Sudán (SAF) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF)— ha cobrado la vida de unas 150.000 personas y ha desplazado a unos 14 millones, según el Global Conflict Tracker del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR).

La ONU: “La crisis humanitaria más devastadora del mundo”

En enero, el Departamento de Estado de EE.UU. declaró que las RSF habían cometido genocidio contra grupos étnicos no árabes en Sudán. La ONU describió la situación como “la crisis humanitaria y de desplazamiento más devastadora del mundo”.

El entonces Secretario de Estado Antony Blinken afirmó a comienzos de este año que “hombres y niños —incluso bebés— fueron asesinados por motivos étnicos” y que los combatientes de las RSF “atacaron deliberadamente a mujeres y niñas de ciertos grupos étnicos con violaciones y otras formas de violencia sexual brutal”, según informó CNN.

De acuerdo con Human Rights Watch, las atrocidades cometidas en Sudán constituyen limpieza étnica. En su informe de 2024, la organización indicó que se cometieron “crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra generalizados en el contexto de una campaña de limpieza étnica contra los masalit y otras poblaciones no árabes”.

La República de Sudán, ubicada en el noreste de África, tiene unos 50 millones de habitantes, de los cuales el 90,7% son musulmanes, siendo los cristianos la mayor minoría. En 2019, una revolución derrocó al presidente Omar al-Bashir, poniendo fin a décadas de régimen autoritario. Dos años después, el general Abdel Fattah al-Burhan y el comandante paramilitar Mohamed Hamdan Dagalo derrocaron a los líderes civiles y tomaron el poder. Sus fuerzas se enfrentaron entre sí en abril de 2023, sumiendo al país en la guerra.

El Papa León XIV pide un alto el fuego y corredores humanitarios

El 2 de noviembre de 2025, el Papa León XIV expresó su profunda preocupación por la tragedia en Sudán: “Sigo con gran dolor las trágicas noticias que llegan de Sudán. La violencia indiscriminada contra mujeres y niños, los ataques contra civiles indefensos y los graves obstáculos a la acción humanitaria están causando un sufrimiento inaceptable”.

“Oremos juntos para que el Señor acoja a los difuntos, sostenga a los que sufren y toque los corazones de los responsables”, agrega.

“Reitero mi llamamiento a las partes implicadas para que decreten un alto el fuego y abran con urgencia corredores humanitarios. Invito a la comunidad internacional a que intervenga con decisión y generosidad”, concluye.

Ya en septiembre, el Pontífice había exhortado a los líderes enfrentados de Sudán a permitir el ingreso de ayuda humanitaria urgente a las 260.000 personas atrapadas en campamentos de desplazados internos en El Fasher.

“Llegan noticias dramáticas desde Sudán, especialmente de Darfur. En El Fasher muchos civiles están atrapados en la ciudad, víctimas del hambre y la violencia. En Tarasin, un deslizamiento de tierra devastador ha causado numerosas muertes, dejando dolor y desesperación. Y como si fuera poco, la propagación del cólera amenaza a cientos de miles de personas ya exhaustas”, dijo el Papa.

“Hago un sincero llamado a quienes tienen responsabilidades y a la comunidad internacional para que garanticen la apertura de corredores humanitarios y una respuesta coordinada que detenga esta catástrofe humanitaria”, añadió.

“El pueblo realmente ha sido olvidado”, afirmó Mons. Christian Carlassare, Obispo de Bentiu (Sudán del Sur), a OSV News.

“Desafortunadamente, es una guerra olvidada para la comunidad internacional, pero no para los comerciantes de armas, que están obteniendo enormes beneficios de ella”, agregó.

Según la ONU, Sudán se está convirtiendo en “la mayor crisis de hambre del mundo en la historia reciente”. Unas 24,6 millones de personas, más de la mitad de la población, sufren inseguridad alimentaria.

En febrero, Catholic Relief Services y agencias de Cáritas advirtieron que el congelamiento de la ayuda a través de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ordenado por la administración Trump, agravaría aún más la ya peligrosa situación.

Traducido y adaptado por ACI Prensa. Publicado originalmente en National Catholic Register