La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN, por sus siglas en inglés) presentó su Informe sobre la Libertad Religiosa en el Mundo de 2025, que analiza la situación de este derecho fundamental entre enero de 2023 y diciembre de 2024.

El documento revela un deterioro alarmante en América Latina, con Nicaragua, Haití, Venezuela, México y Cuba como focos de persecución, violencia y control estatal.

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Nicaragua: la fe bajo “asfixia y control estatal”

Nicaragua encabeza la lista de países donde la libertad religiosa “ha sido sistemáticamente anulada”. Según ACN, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo mantiene una “política planificada de asfixia y control estatal” sobre la Iglesia.

El informe documenta una realidad marcada por “detenciones arbitrarias, exilios forzados, confiscación de bienes e intimidación sistemática del clero y los fieles”.

Entre 2023 y 2024, la jurista Martha Patricia Molina contabilizó 20 sacerdotes, seminaristas y obispos secuestrados, mientras Christian Solidarity Worldwide registró 46 detenciones de líderes religiosos.

El caso más emblemático sigue siendo el del Obispo Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión por “traición a la patria” tras negarse al exilio. Otros prelados, como Isidoro Mora y Carlos Herrera, fueron detenidos o expulsados. En total, al menos 50 sacerdotes y religiosos fueron desterrados, aunque otras fuentes elevan la cifra a casi 100.

El régimen ha prohibido miles de procesiones —sólo en 2024 se cancelaron 4.800 actos de Semana Santa— y desplegado fuerzas policiales para impedirlas. “Los sacerdotes deben presentarse semanalmente ante la policía para solicitar autorización para sus actividades religiosas”, denuncia ACN.

Entre 2022 y 2025 se confiscaron templos, seminarios y centros diocesanos, especialmente en Matagalpa, la diócesis más castigada: “su obispo y 14 sacerdotes han sido deportados, nueve se exiliaron y se cerraron todos sus medios de comunicación”. Además ACN recoge los datos del informe de Molina, que contabilizó “321 casos de hostilidad y persecución contra la Iglesia católica en 2023 y 117 en 2024”. Sin embargo, aclara que “este descenso aparente se debe al miedo a denunciar”.

“El régimen de Ortega y Murillo ha convertido la pastoral en un acto de resistencia”, concluye el informe.

Haití: violencia sin control y templos abandonados

Haití, el país más pobre del continente, se ha convertido también en uno de los más peligrosos del mundo para vivir la fe. Las bandas armadas controlan amplias zonas de Puerto Príncipe, la capital, y han convertido a las iglesias en blancos de ataques, secuestros y asesinatos.

Al menos 70 parroquias han sido abandonadas o suspendieron su actividad pastoral. En 2023, el pastor Marcorel Zidor fue asesinado junto con siete fieles durante una marcha. En 2024, los misioneros estadounidenses Davy y Natalie Lloyd, y su colaborador haitiano Jude Montis, fueron emboscados y asesinados; mientras que en marzo de 2025, dos religiosas de las Hermanitas de Santa Teresa del Niño Jesús murieron a manos de una banda en Mirebalais.

El secuestro se ha convertido en una práctica habitual: sacerdotes, religiosas y seminaristas fueron raptados y liberados sólo tras el pago de rescates. “Las iglesias se han convertido en blanco de las bandas criminales”, denunció la Conferencia Episcopal de las Antillas, tras los saqueos de templos y conventos.

Un caso emblemático fue el del Obispo André Dumas, quien sobrevivió a un atentado con explosivos. ACN advierte que “la vida religiosa en Haití está paralizada por el miedo y la impunidad”.

Venezuela: instrumentalización política de la religión

La crisis política y social de Venezuela también ha afectado la libertad religiosa. ACN denuncia una creciente instrumentalización de la fe con fines electorales, a través de programas como “Mi Iglesia Bien Equipada”, que ofrecen recursos a comunidades religiosas “a cambio de apoyo político”.

“El régimen proporciona apoyo material sólo a quienes están ideológicamente alineados”, indica el informe. ACN también detecta aumentos de tensiones antisemitas, alimentadas por discursos oficiales “contra el sionismo”.

El documento recoge robos y vandalismo en templos, cierres de emisoras religiosas por parte de Comisión Nacional de Telecomunicaciones de Venezuela (CONATEL), y presiones a líderes eclesiales que critican al gobierno. En zonas fronterizas, incluso el Ejército de Liberación Nacional (ELN) impuso control sobre las misas y procesiones, exigiendo permisos a los sacerdotes.

“El futuro de la libertad religiosa en Venezuela sigue siendo negativo —advierte ACN—, pues la fe se usa como herramienta de legitimación ideológica”.

El informe también documenta medidas polémicas, como el cambio de la celebración de la Navidad al 1 de octubre, y un juramento presidencial en 2025 que incluyó invocaciones a deidades de la santería. ACN advierte que “estas acciones reflejan un intento de manipular los discursos religiosos para reforzar intereses ideológicos”.

México: el crimen organizado como nueva persecución

También aparece por primera vez México. Se trata de un país donde los cárteles actúan "como agente de persecución en zonas donde el Estado es débil o ha perdido el control".

El informe registra asesinatos de sacerdotes, catequistas y fieles. “El crimen organizado ha introducido una cultura de corrupción y muerte”, advirte en el informe el P. Omar Sotelo, del Centro Católico Multimedial.

También hubo ataques y asaltos a obispos, como Faustino Armendáriz (Durango) y Eduardo Cervantes Merino (Orizaba). En Chiapas y Guerrero, los narcotraficantes exigen pagos mensuales de protección a las parroquias, y en comunidades rurales se cerraron templos por amenazas directas.

La violencia alcanza también al patrimonio religioso. Entre los casos documentados de ataques contra templos y objetos religiosos figuran: el robo y destrucción de imágenes y objetos litúrgicos en algunas parroquias. También se documenta un incendio provocado en la iglesia de Santiaguito de Iruapato, Guanajuato; destrozos en la iglesia del Espíritu Santo en Culiacán, Sinaloa; así como ataques contra templos durante manifestaciones del Día Internacional de la Mujer, con daños a catedrales y fogatas frente a la catedral metropolitana en Ciudad de México.

“La fe se vive entre la violencia y el miedo”, concluye ACN, que califica a México como “uno de los países más peligrosos del continente para el clero”.

Cuba: el control total del Estado

En Cuba, la libertad religiosa continúa subordinada al control del Partido Comunista y sus organismos, que supervisan cada aspecto de la vida eclesial.

Aunque la Constitución reconoce formalmente la libertad de culto, el nuevo Código Penal (2022) y leyes posteriores restringen su ejercicio. El artículo 272 castiga con cárcel a quien use las creencias religiosas “contra los objetivos de la educación o del Estado”.

La Oficina de Asuntos Religiosos regula los permisos de construcción, importación de literatura y entrada de misioneros. Cualquier actividad no autorizada puede considerarse “subversiva”.

Entre 2023 y 2024 se registraron decenas de citaciones, arrestos y actos de vigilancia. El laico católico Dagoberto Valdés Hernández, fundador del Centro de Estudios Convivencia, fue detenido y sometido a interrogatorios por “vínculos internacionales”.

Además, la isla ha sufrido una ola de robos sin precedentes en templos y casas religiosas: más de 50 incidentes en 34 parroquias entre marzo de 2023 y julio de 2024. Esta ola delictiva refleja el deterioro económico y la creciente inseguridad.

ACN concluye que en Cuba “el derecho a la libertad religiosa se condiciona y limita, afectando la capacidad de las personas de vivir y expresar su fe públicamente”.