Los premios anuales de Obras Misionales Pontificias (OMP) en España han recaído en 2025 en la religiosa Julia Aguiar, misionera en Benín durante casi 50 años, y el sacerdote experto en misionología, Eloy Bueno de la Fuente.
Desde hace cuatro años, OMP España otorga el galardón "Beata Paulina Jaricot" a misioneros que se hayan distinguido por su entrega evangelizadora y con el premio “Paolo Manna” a personas o instituciones que se han comprometido en España en la sensibilización misionera.
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Julia Aguiar García nació en un pequeño pueblo de la provincia de Orense, al noroeste del país, en 1950. Desde pequeña tuvo vocación misionera y, específicamente, al cuidado de los enfermos. Tras ingresar a los 14 años en la congregación de las Hermanas Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, fue enviada a Venezuela, donde se desempeñó como maestra, hasta que retornó a España para formarse en teología y medicina.
Hace 49 años, un 12 de octubre, día de la Hispanidad, llegó a Benín, un país situado entre Togo y Nigeria, en el Golfo de Guinea, con un grupo de tres hermanas, para hacerse cargo de un centro de salud construido por los Hermanos Camilos, el único en una zona remota donde el hospital más cercano estaba a 170 kilómetros.

Pocos años después, fundaron su propio centro de salud en la localidad de Zagnanado y le pusieron por nombre Gbémontin, que significa “donde se encuentra la vida”.
La hermana Aguiar es una de las más reconocidas expertas en la enfermedad de la úlcera de Buruli, una infección bacteriana tropical similar a la lepra con la que se encontró al poco de llegar a Benín, donde era desconocida. Sólo cuatro décadas antes se había producido un brote en Uganda y Ruanda.
Su primera paciente con esta afección fue una niña de 10 años que tenía una extraña herida en el brazo y parte de la espalda cuyo origen consiguieron identificar mediante análisis. La hermana Julia fue documentando uno a uno todos los casos posteriores, hasta que unos investigadores de Bélgica y Canadá se interesaron en estos archivos.
En 2009, la Universidad de Nápoles le concedió a la hermana Julia Aguiar el doctorado Honoris Causa en Medicina y Cirugía. En la actualidad, sigue dirigiendo el centro de salud.
Todo al servicio del anuncio del Evangelio
El Premio Paolo Manna 2025 le corresponde a Eloy Bueno de la Fuente, sacerdote de la Archidiócesis de Burgos, quien es un estudioso de lo que significa la misión en la Iglesia Católica.
Doctor en Misionología por la Universidad Urbaniana de Roma y en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, es catedrático de Teología Dogmática en la Facultad de Teología del Norte de España en Burgos.
En su trayectoria académica ha sido director del Instituto de Misionología y Animación Misionera (1990-2010) y secretario de las Semanas Españolas de Misionología (1990-2010). Además forma parte de los comités científicos de varias revistas teológicas.
Entre sus numerosas obras publicadas, hay volúmenes dedicados a la Eclesiología, o la “Revolución Antropológica”, de gran altura intelectual, que se combinan con ediciones dirigidas a un público más amplio como el manual “La animación misionera hoy”.

Según informa OMP España, Eloy Bueno condensó en una ocasión la verdadera concepción de la misión que surge del mensaje de Cristo: “Todos en la Iglesia y todo en la Iglesia debe estar al servicio del anuncio de todo el Evangelio a todo el mundo. La universalidad no se da en abstracto sino en lo concreto de la historia. Por ello la acción misionera no podrá relativizar o relegar la salida, el envío, cruzar orillas y atravesar fronteras”.
Los galardonados han recibido una escultura que representa un cangrejo que porta una cruz, en alusión a la conocida anécdota de San Francisco Javier, patrón de las misiones, quien lanzó su crucifijo desde una barca al mar para aplacar una tormenta. Al día siguiente, en la playa, un cangrejo sacó el crucifijo del mar con sus pinzas.
Desde OMP España señalan que “es una imagen que representa la confianza y tenacidad de los misioneros”.
“Soy fruto de los misioneros”
En el acto de entrega de los premios estuvo presente el secretario general de la Pontificia Unión Misional, Anh Nhue, sacerdote vietnamita, quien aprovechó para agradecer a los misioneros —muchos de ellos, españoles—, que llevaron la fe a su país: “Ustedes pueden ver en mí el fruto de los misioneros”, afirmó antes de desear que “el Domund de este domingo sea un momento jubilar para todos”
Por su parte, el Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. Vicente Martín, ha despedido el acto invitando a todos a llevar esperanza al mundo, subrayando que “no es que ‘tengamos’ una misión, sino que ‘somos’ una misión”.




