Mons. José Ignacio Munilla, Obispo de Orihuela-Alicante (España) compartió cinco reflexiones sobre el aborto y el Síndrome Postaborto, en una publicación en sus redes sociales el 3 de octubre.
El Síndrome Postaborto (SPA) puede definirse como la incapacidad de la mujer o el hombre para procesar su angustia, miedo, rabia, tristeza y culpabilidad por su experiencia de uno o más abortos provocados.
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Un estudio reciente realizado en Canadá reveló que la tasa de hospitalización por problemas de salud mental se duplicó en mujeres que abortaron, en comparación con las que dieron a luz. En la investigación se observó a más de 1.2 millones de mujeres.
La publicación de Mons. Munilla, titulada “El síndrome postaborto existe: ¡YO LO HE VISTO!”, ofrece cinco breves reflexiones.
El síndrome postaborto existe: ¡YO LO HE VISTO!
— Jose Ignacio Munilla (@ObispoMunilla) October 3, 2025
Cinco breves reflexiones:
1º. A lo largo de los años he podido constatar las profundísimas heridas que el aborto puede llegar a dejar en una mujer, hasta el punto de convertirla en la segunda víctima del aborto (la primera es el… pic.twitter.com/knrxJLHYRW
1. La mujer es la segunda víctima del aborto
“A lo largo de los años he podido constatar las profundísimas heridas que el aborto puede llegar a dejar en una mujer, hasta el punto de convertirla en la segunda víctima del aborto (la primera es el niño, obviamente)”, afirma el obispo español.
2. Las heridas del Síndrome Postaborto
“No solo ‘he visto’ las heridas del síndrome postaborto, sino que también conozco diversos itinerarios psicológicos y espirituales de sanación de esas heridas, a los que acuden muchos miles de mujeres en todo el mundo. Otras, por desgracia, siguen sufriendo sin saber dónde aliviar su dolor”, prosigue el obispo.
Uno de estas iniciativas es el Proyecto Esperanza, nacido en 1999 en Chile, un programa de acompañamiento pastoral para la sanación emocional y espiritual de personas heridas por el aborto, presente en muchos países de Latinoamérica.
3. Un caso emblemático
El Obispo Munilla recordó luego el caso emblemático del “icono femenino de la causa proabortista estadounidense: Norma McCorvey (seudónimo judicial ‘Jane Roe’), gracias a cuya apelación se dictó en 1973 la sentencia Roe v. Wade (recientemente derogada por el Supremo)”.
“Esta mujer, símbolo de la causa abortista, padeció un profundo y doloroso síndrome postaborto y, tras un itinerario terapéutico de sanación, llegó a convertirse en una ferviente defensora de la causa provida”, agregó.
4. La ideología por encima de la biología
El prelado español indicó además que “el pensamiento único que nos desgobierna pretende imponernos una antropología alternativa, caracterizada por la reafirmación de la ideología por encima de la biología. No es de extrañar, por tanto, que ahora se nieguen a aceptar lo que cualquiera puede ver cuando se despoja de las gafas ideológicas”.
5. Realidad vs. ideología
“Los mismos que niegan el síndrome postaborto se niegan también a realizar estudios estadísticos sobre la incidencia del divorcio en la salud psíquica de los hijos, en el fracaso escolar, etc. ¡No están dispuestos a que la realidad arruine su ideología!”, concluyó el obispo.
El Gobierno de España y el aborto
El 3 de octubre, el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, anunció su pretensión de incluir el aborto como un derecho constitucional.
Esta iniciativa del Gobierno se dio tras la aprobación de una moción impulsada por la concejal de Vox, Carla Toscano, apoyada por el Partido Popular, que insta a que “el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Madrid, a través de las diferentes áreas implicadas, proporcione información, de manera obligatoria, verbal y escrita, permanente y visible, sobre el Síndrome Postaborto”.
En la moción, Toscano refiere que “el cuadro clínico psicológico y emocional asociado al Síndrome Post Aborto estaba recogido en el manual de referencia de psiquiatría, el DSM III (Manual Diagnóstico y Estadístico de los trastornos mentales, por sus siglas en inglés), vigente entre 1980 y 1994. En el DSM IV ya no aparece por presiones políticas e intereses ideológicos”.
Entre otros efectos del aborto, la moción cita depresión, ansiedad, culpabilidad, alteraciones del sueño, trastornos de la conducta alimentaria, ataques de pánico, consumo de alcohol y drogas, afectación de la conducta sexual, pensamientos suicidas y tentativas de suicidio, hemorragias internas, infecciones y aumento de cánceres en el aparato reproductor femenino.
La aprobación de esta moción ha desatado en el país una fuerte disputa política y mediática, bajo el argumento de que las consecuencias del aborto en la mujer no están reconocidas científicamente como un síndrome.




