La obispa anglicana de Londres, Sarah Mullally, se convertirá en la primera mujer en ocupar el cargo de arzobispa de Canterbury tras la aprobación de su nominación por el rey Carlos III.
La arzobispa-designada Mullally será instalada como la máxima autoridad episcopal de la Iglesia de Inglaterra en marzo de 2026. Esto la convertirá formalmente en la líder espiritual de aproximadamente 85 millones de anglicanos en 165 países, incluso mientras la cohesión de la Comunión Anglicana se ve cada vez más afectada por desacuerdos sobre la enseñanza y la práctica en temas LGBT.
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En un comunicado publicado el 2 de octubre en el sitio web del arzobispado de Canterbury, Mullally afirmó que desea “responder al llamado de Cristo” en su nuevo ministerio con el “espíritu de servicio a Dios” que la ha motivado desde su juventud.
“Espero compartir este camino de fe con millones de personas que sirven a Dios y a sus comunidades en parroquias de todo el país y en toda la comunión anglicana global”, dijo.
El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Inglaterra y Gales, el Cardenal Vincent Nichols, celebró la noticia del nombramiento de Mullally como 106ª arzobispo de Canterbury, señalando en X que “aportará muchos dones personales y experiencia a su nuevo rol”.
El prefecto del Dicasterio para la Promoción de la Unidad Cristiana del Vaticano, el Cardenal Kurt Koch, felicitó a Mullally en una carta el viernes, transmitiendo los “mejores deseos de la Iglesia Católica”, a pesar de “tensiones ocasionales” en el diálogo teológico entre ambas iglesias.
“Sé que los desafíos que enfrenta la Iglesia de Inglaterra y la Comunión Anglicana en este momento son considerables, y el nombramiento de un nuevo arzobispo se ha esperado con gran interés y expectativa”, escribió Koch.
El nombramiento de Mullally llega casi un año después de que su predecesor, el exarzobispo de Canterbury Justin Welby, renunciara al cargo en noviembre de 2024, tras recibir críticas por su manejo de casos históricos de abuso infantil ocurridos en el Reino Unido y África, y por la controversia sobre su apoyo a la bendición de relaciones entre personas del mismo sexo.
Durante el sínodo general de la iglesia en julio de 2024, se aprobó que los servicios de bendición para parejas del mismo sexo pudieran realizarse en sus parroquias. La arzobispa-designada apoyó la medida que permite a los ministros anglicanos ofrecer bendiciones a parejas del mismo sexo y ha liderado procesos para revisar las enseñanzas y políticas de la Iglesia de Inglaterra respecto al matrimonio y la sexualidad.
El conflicto sobre estos temas ha continuado sacudiendo la Comunión Anglicana desde la salida de Welby.
En julio, la Iglesia de Inglaterra votó para retirar un documento doctrinal de 1991, “Cuestiones sobre la sexualidad humana”, de sus requisitos para la selección del clero, citando que el documento, que condenaba la actividad homosexual, resultaba “contextualmente inapropiado” y “prejuicioso y ofensivo para muchas personas”.
La Conferencia Global del Futuro Anglicano (GAFCON), un grupo de anglicanos conservadores especialmente fuerte en África y Asia, protestó la decisión, afirmando el viernes que “está más claro que nunca que Canterbury ha renunciado a su autoridad para liderar” la iglesia fundada por el rey Enrique VIII en 1534.
Mullally se convertirá legalmente en arzobispo de Canterbury durante su “confirmación de elección” en la Catedral de San Pablo en enero de 2026.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.




