El Obispo Auxiliar de Madrid, Mons. José Antonio Álvarez, falleció en la madrugada del 1 de octubre de 2025 a la edad de 50 años a causa de un infarto. La Archidiócesis de Madrid ha destacado en un comunicado que era “un pastor entregado al servicio del Evangelio”.
Además, ha transmitido “su fraterna cercanía, desde la esperanza que no defrauda, con su madre y demás familia y con todos los que le quieren y ahora lloran su muerte”.
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La archidiócesis ruega también “que todas las comunidades diocesanas eleven sus oraciones por el obispo auxiliar difunto, celebrando la misa o la Liturgia de las Horas por los difuntos o de otra forma, según sus posibilidades”.
El cuerpo de Mons. Álvarez será trasladado a la cripta de la Catedral de Santa María la Real de la Almudena, donde quedará expuesto a lo largo de la mañana para quienes lo deseen puedan acercarse a orar por su eterno descanso.
El Arzobispo de Madrid, Cardenal José Cobo, presidirá la Misa de exequias en la catedral a las 19:00 horas (hora local).
Mons. José Antonio Álvarez nació en Madrid el 3 de agosto de 1975 y era el segundo obispo más joven de España hasta la fecha. Bachiller en Teología por la Universidad Eclesiástica San Dámaso, fue ordenado sacerdote el 18 de junio del año 2000.
Su ministerio sacerdotal lo desarrolló en la Archidiócesis de Madrid, donde se desempeñó como vicario parroquial de Nuestra Señora de la Fuensanta, capellán universitario en la Escuela Superior de Arquitectura de la Universidad Politécnica de Madrid, formador del seminario menor y profesor del colegio arzobispal.
Mons. Álvarez también fue capellán de las Hermanas Oblatas de Cristo Sacerdote, secretario personal de Mons. César Franco Martínez como Obispo Auxiliar de Madrid y formador en el seminario mayor de Madrid.
En el momento de su nombramiento como obispo era director espiritual en el Movimiento Cursillos de Cristiandad desde 2003 y rector del seminario mayor de Madrid desde 2015.
El Papa Francisco nombró a José Antonio Álvarez Sánchez Obispo Auxiliar de Madrid el 23 de abril de 2024 y recibió la consagración episcopal el 6 de julio de 2024.
En la Conferencia Episcopal Española fue miembro de la Comisión Episcopal para los Laicos, Familia y Vida desde julio de 2024.
Los obispos españoles y las diferentes diócesis han expresado de diversos modos su pésame por el fallecimiento del prelado, tanto a través de las redes sociales como en sus sitios web oficiales.
La muerte de un obispo "no es un fracaso"
Durante la Misa de exequias oficiada en la tarde del miércoles, el Cardenal Cobo resaltó que el prelado fallecido vivió "con la disposición constante al servicio, con prontitud para anunciar el Reino y con fidelidad en cada una de las etapas en que ha dicho 'sí' a la llamada del Señor".
"A su manera, con sus dones, con sus fragilidades, con su alegría y con su eterna sonrisa, ha seguido a Jesús en esta diócesis de Madrid: sirviendo en la Eucaristía, anunciando el Evangelio con ardor, estando muy cerca de los sacerdotes y sintiendo por los sacerdotes. Siempre al servicio de los sacerdotes y ese servicio tan especial que siempre ha hecho: el silencio de las cosas bien hechas", añadió el purpurado.
En referencia a su lema episcopal, el Cardenal Cobo expresó: "Hoy, querido José Antonio, sentimos que este “sígueme” ha alcanzado la plenitud. Jesús te ha llamado de nuevo no para una misión en la tierra, sino para entrar en la vida definitiva. Y aunque a nosotros nos parezca demasiado pronto, demasiado duro, sabemos que es el Señor el que sabe el momento y la hora".
El Arzobispo de Madrid compartió con los presentes el dolor humano: "Hoy es un día duro. Hemos compartido mucho con José Antonio y su partida a todos nos quiebra. Pero la muerte de un cristiano, de un obispo, no es un fracaso, sino la culminación de este camino de seguimiento que él ha hecho y que nos lo deja abierto a todos después".
El Cardenal Cobo quiso extraer tres llamadas del testimonio de vida de Mons. Álvarez: Cuidarnos unos a otros, en especial entre los sacerdotes; buscar lo importante, porque "la muerte siempre nos coloca ante lo esencial"; y confiar en el Señor, ya que "la fe no elimina el dolor, pero lo transforma en esperanza confiada".
"José Antonio, que Cristo resucitado te reciba en su Reino. Y que nosotros, fortalecidos en la esperanza, sepamos decir 'sí' y sigamos caminando tras las huellas del Señor como tú lo has hecho, hasta el encuentro definitivo con Él. Que Santa María de la Almudena, que siempre te ha tenido bajo su manto, ahora te ayude, nos ayude a nosotros, ayude a tu familia, y nos haga responder en esperanza", concluyó.
ACTUALIZADO 2 de octubre de 2025 a las 12:16.




