El Arzobispo de Madrid (España), Cardenal José Cobo, pondrá el foco en el catecumenado de adultos y la formación de los laicos, además de abordar una reestructuración parroquial y territorial en los próximos meses. 

El purpurado esbozó en su carta pastoral con motivo del inicio del curso pastoral 2025-2026, las principales líneas de acción inspiradas en considerar que “todo lo que preparamos y hacemos tiene a Cristo como fuente y meta”. 

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Poniendo un especial acento en la importancia del Bautismo como fuente de la identidad comunitaria y afirmando que “todos somos protagonistas y responsables en esta Iglesia que existe para Evangelizar”, el cardenal propone en primer lugar “implantar el catecumenado de adultos”. 

“Aunque las cifras no son tan altas como nos gustaría, no podemos ser ajenos a la realidad del número cada vez más elevado que solicitan el bautismo siendo ya adultos. A ello se suma la experiencia de los que vuelven a la fe después de años de alejamiento total”, explica Mons. Cobo. 

En este ámbito, el purpurado expresa su deseo de lograr la integración armoniosa de las iniciativas de primera evangelización con “procesos de iniciación cristiana que gesten cristianos que vivan gozosamente todas las dimensiones de la fe”.

Asimismo, llama a “articular mejor las diferentes realidades y métodos eclesiales que suscita el Espíritu con las parroquias y la Iglesia diocesana para sumar y no restar”. 

Para ello, este curso se pondrán en marcha ocho centros piloto para acoger a los que desean incorporarse a la vida cristiana en un proceso que, asegura, será “complejo” y que exigirá que de inicio coexistan los procedimientos habituales con los nuevos centros de catecumenado.

Cultivar el anhelo de conocer a Cristo

La formación del laicado constituye el segundo eje de la acción pastoral propuesta por el Arzobispo de Madrid, con el objetivo de “ofrecer un espacio de formación integral, flexible y que responda a las necesidades de todos”.

Así, se pretende ofrecer contenidos específicos para cada vocación y contenidos troncales necesarios para todos, articulados en tres niveles. El primero, más “experiencial, presencial e iniciático, centrado en el núcleo de la fe cristiana”. Otro, constituido por contenidos sistemáticos sobre Sagrada Escritura, teología, liturgia, espiritualidad, moral y doctrina social de la Iglesia. En tercer lugar, procurará la formación específica con “herramientas prácticas, métodos y procedimientos” adecuados a la acción pastoral en la que estén involucrados los laicos. 

Este programa se realizará de manera experimental durante este periodo, para ser implementado en el curso pastoral 2026-2027, con miras a “cultivar el cada cristiano en anhelo de conocer Acristo y profundizar en la fe, con humildad para aprender, discernir y vivir como miembro de la Iglesia en cada situación concreta”. 

Sacerdotes, pastoral juvenil y vocacional

La propuesta del Cardenal Cobo para este curso incluye la celebración de una asamblea  presbiteral en febrero bajo el lema “¿Qué pastores necesita hoy Madrid?”, de la que se prevé como fruto la elaboración de un “marco en el que cada comunidad y cada ministro ordenado pueda sentirse reflejado y posibilite emprender nuevos caminos y fortalecer la identidad sacerdotal, la espiritualidad y la caridad pastoral”.

En cuanto a la pastoral juvenil y vocacional, se impulsarán “momentos especiales” dedicados a la vocación al ministerio ordenado, que contará con el impulso de la celebración de una ceremonia de beatificación de los mártires seminaristas de la provincia eclesiástica de Madrid, que incluye las diócesis sufragáneas de Getafe y Alcalá de Henares.

Reactivar los grupos sinodales

El Cardenal José Cobo también fija como uno de los ejes de acción pastoral profundizar en la sinodalidad, en la convicción de que “los laicos son corresponsables de la evangelización”, en especial en ambientes como la familia, la cultura, la política o la economía. 

“Debemos desplegar todos los medios e iniciativas posibles para que los laicos cumplan su misión de iluminar y ordenar los asuntos temporales según Dios”, invoca el purpurado. Para ello se prevé la reactivación de los grupos sinodales y revitalizar los órganos de corresponsabilidad.

Por otro lado, y siguiendo la metodología de planificación definida en el Sínodo de la Sinodalidad (“transparencia, rendición de cuentas y evaluación”), el Cardenal Cobo llama a revisar las planificaciones pastorales como “un ejercicio de discernimiento comunitario”. 

“La sinodalidad no es una teoría, si no un modo de ser de la Iglesia. Se trata de escuchar a todos, abrir espacios de diálogo sincero, dejarse interpelar por la realidad y buscar juntos lo que el Señor nos pide hoy”, defiende el purpurado. 

Con esta clave, llama a los diocesanos a la revisión de los Consejos Pastorales Parroquiales, organismos de obligada constitución tras la publicación de un decreto el pasado mes de junio

Reestructuración territorial

La carta pastoral para el curso 2025-206 también prevé una reestructuración territorial que va más allá de un mero cambio organizativo y que se configura como “una oportunidad de conversión y renovación espiritual”, que pretende “abrir caminos para que las parroquias sigan siendo casas vivas de comunión y misión en un Madrid en continuo crecimiento y cambio”. 

El Cardenal Cobo concluye el documento, entre otras cuestiones, instando a los fieles a hacer de la Archidiócesis de Madrid “un oasis de esperanza”: “Salgamos juntos a la calle, a los barrios, a los lugares donde la vida duele, donde la esperanza se ha perdido. Salgamos para ser testigos de la alegría del Evangelio. Seamos una Iglesia con los brazos abiertos. Abramos nuestras puertas a los demás, sin juicios ni prejuicios”.