La ciudad de Gaza continúa conmocionada mientras los ataques aéreos israelíes azotan múltiples barrios y el conflicto se intensifica.

Días después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunciara el lanzamiento de una operación terrestre, instando a los civiles a evacuar las zonas de combate designadas, el ministro de Defensa israelí, Yisrael Katz, ha sostenido que Gaza corre el riesgo de una destrucción masiva a menos que Hamás libere a los rehenes israelíes y entregue sus armas.

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En medio de esta agitación, la iglesia católica de la Sagrada Familia, en el barrio de al-Zeitoun, se ha convertido tanto en un centro espiritual como en un refugio, albergando a unas 600 personas de familias cristianas y musulmanas. La iglesia proporciona cierta calma mientras los proyectiles continúan cayendo en las cercanías.

En el mismo barrio se encuentra la histórica iglesia ortodoxa de San Porfirio, que mantiene su presencia centenaria en el territorio. También ha servido como refugio, aunque para un número menor de personas.

Las dos iglesias se encuentran en lugares separados, no en el mismo recinto, y están alejadas unos 2,7 kilómetros, aproximadamente 40 minutos a pie, según Google Maps.

La relación entre ambas iglesias es buena y se ha fortalecido aún más desde que comenzó la guerra. Las dos tienen una misión cercana y sirven a la comunidad cristiana de la zona, pero todos los cristianos que viven allí dependen en gran medida de la ayuda católica, canalizada a través de organizaciones católicas.

La mayoría de las personas que se refugian en la iglesia de la Sagrada Familia son ortodoxas, ya que esta comunidad es más grande que la católica y hay más recursos disponibles allí.

Fuentes del Patriarcado Latino de Jerusalén indicaron que están monitoreando de cerca la situación en Gaza y han advertido sobre los peligros de una escalada continuada.

El Cardenal Pierbattista Pizzaballa, Patriarca Latino de Jerusalén, enfatizó anteriormente que otra ronda de violencia "solo traerá más destrucción y sufrimiento", instando a la comunidad internacional a actuar con rapidez para detener la guerra y proteger a la población civil.

Estos llamados se hacen eco de la postura de la Santa Sede, donde el Papa León XIV y el Cardenal Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano, instan repetidamente a respetar a los civiles y a asegurar el paso de la ayuda humanitaria, especialmente a las zonas con comunidades cristianas.

El P. Gabriel Romanelli, párroco de la iglesia de la Sagrada Familia, ha enfatizado en múltiples ocasiones que la iglesia "no abandonará a la gente en estos momentos difíciles" y mantendrá sus puertas abiertas a cualquier persona que necesite refugio y esperanza.

A medida que la guerra se prolonga y la comunidad cristiana de Gaza continúa menguando, crece la preocupación por el colapso de la infraestructura y el empeoramiento de las condiciones humanitarias. Sin embargo, la iglesia sigue siendo testigo del sufrimiento y un faro de esperanza.

Traducido y adaptado del inglés por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente por ACI MENA.