La asfixia aguardaba a un joven con síndrome de Down cuando la superficie erosionada de un tanque séptico tóxico se desmoronó bajo sus pies.
Joseph Vander Woude habría muerto solo en el estrecho tanque rodeado de gases tóxicos, pero su padre se lanzó, empujándolo hacia la superficie con su último aliento.
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Incluso cuando sus pulmones se llenaban de gases venenosos, Tom llamó al peón agrícola que intentaba sacar a Joseph.
“¡Tira tú, yo empujo!”, dijo.
Finalmente, Tom perdió la conciencia, aún sosteniendo a Joseph, hasta que los equipos de emergencia sacaron a ambos del tanque de más de dos metros de profundidad.
Cuando lo hicieron, Tom ya había muerto.
Era el 8 de septiembre de 2008. Tom, de 66 años, dejó a su esposa y a siete hijos. Pero su legado no terminaría allí.
Diecisiete años después, un grupo de católicos está trabajando con la Diócesis de Arlington, Virginia (Estados Unidos), para abrir su causa de canonización.
“Estás en shock porque ya no está, lo extrañas y no sabes cómo se llenará ese vacío, si alguna vez se llenará”, relató su quinto hijo, Chris Vander Woude, a CNA, agencia en inglés de EWTN News. “Pero luego piensas: eso es un héroe”.
Más de 1.500 personas asistieron a la Misa de funeral de Tom, entre ellas el obispo local, más de 75 sacerdotes y más de 60 monaguillos.
La historia de Tom sigue resonando. Una asociación fundada en su nombre está entrevistando a quienes lo conocieron, mientras que la diócesis ha nombrado un postulador y un vicepostulador para investigar su causa de santidad.
Dependiendo de lo que encuentren, el caso podría ir a Roma.
Signos de santidad
En la Iglesia Católica, tres cosas pueden ponerte en camino hacia la santidad: el martirio, las virtudes heroicas y ahora —tras una decisión de 2017 de parte del Papa Francisco para ampliar las causas de santidad— la muerte sacrificial.
Keith Henderson nunca conoció a Tom, pero cuando supo de él, se inspiró para fundar la Asociación de Tom Vander Woude, que promueve su causa compartiendo su historia. Junto con la asociación, la Diócesis de Arlington ha dado varios pasos preliminares, entre ellos nombrar a un postulador y un vicepostulador que investigan y promueven la causa.
Al aprender más sobre Tom, Henderson descubrió que “toda su vida fue de una fe tremenda y de servicio desinteresado hacia todos los que encontraba”.
“Su vida y muerte abnegada sirven como modelo de cómo los laicos pueden buscar la santidad en el siglo XXI”, dijo a CNA.

“Era muy alegre. Su caridad abundaba”, agregó Chris. Siempre estaba ayudando a la gente”.
Y, al mismo tiempo, Tom era alguien ordinario.
Chris recuerda a su papá como “tranquilo” y un “personaje a lo San José”. Nació el 24 de abril de 1942, un “granjerito de Dakota del Sur” que se casó con su novia de la secundaria, Mary Ellen. Una historia de amor de “chico del campo conoce a chica de ciudad”.
Con el tiempo sería muchas cosas: genio de las matemáticas, piloto naval, piloto comercial, agricultor, padre y ahora, posible santo.

“Era un hombre común y corriente que tuvo un impacto extraordinario de muchas maneras y en muchas personas a lo largo de su vida”, dijo Henderson.
Para todos, Tom era un hombre ocupado: un piloto comercial con una agenda exigente, un padre atento de siete hijos y un granjero dedicado.
Pero Tom asistía a Misa diariamente con frecuencia, rezaba el Rosario todos los días y hacía una Hora Santa semanal de 2:00 a 3:00 a.m., horarios inusuales debido a su agenda de vuelos.
“Papá era el líder y protector indiscutido de la familia, y también la guiaba espiritualmente”, dijo Chris. “Sin importar si trabajaba volando o en el campo, cada día terminaba de rodillas rezando el Rosario”.

Sacando a Josie de la banca
Para Chris ha sido “surreal” compartir la historia de su padre. Personas le piden su intercesión en múltiples situaciones, a menudo relacionadas con tener un hijo con necesidades especiales.
Su tercer hijo, Dan, recordó cómo Tom se esforzaba porque Joseph —cariñosamente llamado “Josie”— siempre fuera incluido.
Cuando Joseph era niño, su fisioterapia incluía arrastrarse por el suelo. Ahí estaba Tom también, arrastrándose con él.
Cuando Dan, ya mayor, pidió a su padre que entrenara al equipo juvenil de baloncesto, Tom aceptó sólo si Joseph también podía estar allí.

"Pensé que Joseph simplemente haría los calentamientos con el equipo y los animaría desde el banco", recordó Dan.
Pero para sorpresa de Dan, durante un partido de baloncesto, Tom había convencido al otro entrenador y a los árbitros para que dejaran jugar a Joseph.
“Joseph entró al partido y no perdió tiempo, cometiendo un par de faltas y lanzando algunos tiros lejanos”, dijo Dan. “Joseph estaba radiante porque papá le había dado la oportunidad de jugar un partido de verdad”.
“Me conmovió profundamente que mi padre siempre se comprometiera a sacar a Joseph de la banca y llevarlo al juego, tanto en el baloncesto como en todas las áreas de la vida”, dijo Dan.

“Simplemente haz lo correcto”
Tras el accidente del tanque séptico, Joseph pasó varios días en el hospital recuperándose. Hoy, sano, cuida de su madre, de 81 años, en la granja familiar.
“Diecisiete años después, Joseph en realidad cuida de mamá”, dijo Chris. “Es asombroso ver el plan y la providencia de Dios”.
Joseph carga las compras, abre la puerta y le ofrece el brazo a su madre cuando lo necesita. “Siempre ves a Joseph y mamá juntos, muy parecido a cómo, en los últimos años, siempre veías a Joseph y papá juntos”, añadió Chris.
La familia de Tom sigue creciendo: 39 nietos y 11 bisnietos. Su hijo mayor, el P. Tom Vander Woude, es sacerdote católico.

Chris decidió comenzar a contar la historia de su padre tras compartirla en una parroquia en Boston. “Mucha gente lloraba”, recordó. “Estaban en ascuas. Mucho de esto les resuena”.
“Saber que la gente estaba agradecida por poder escuchar la historia fue un gran catalizador”, dijo. “Si estaban agradecidos, probablemente a muchas otras personas les encantaría escuchar su historia”.
Desde entonces, Chris está decidido a compartir la historia de su padre. Además de varios podcasts y charlas que ha impartido en parroquias locales de Virginia y Maryland, planea hablar en parroquias de Virginia, Indiana, Ohio, Texas, la ciudad de Nueva York y varios otros estados.
"Es un hombre muy humilde, por lo que probablemente no esté muy contento con toda la notoriedad", dijo Chris.
Tom no era de los que inventaban frases, pero Chris sí recuerda un dicho sencillo de su padre. Tom solía decir: “Simplemente haz lo correcto”, recordó Chris. “Normalmente, es bastante simple. Somos nosotros los que lo complicamos pensando en todas las diferentes circunstancias o posibilidades”.
“Papá nunca se propuso hacer nada extraordinario. Sólo quería vivir cada día lo mejor posible”, dijo Chris. “Y creo que es un ejemplo para todos nosotros”.
Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.




