Miles de mexicanos se unieron en una marcha por la paz en la ciudad de Culiacán, en el estado de Sinaloa, al cumplirse un año de una de las etapas más cruentas de violencia que ha vivido la ciudad por los enfrentamientos del crimen organizado. 

La mañana del 7 de septiembre, familias enteras, jóvenes, ancianos, representantes de la sociedad civil y de la Iglesia católica caminaron poco más de dos kilómetros desde la parroquia de La Lomita hasta la Catedral Basílica de Nuestra Señora del Rosario.

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Entre consignas de justicia y pancartas con rostros ausentes, nombres de desaparecidos y frases de esperanza, la multitud se convirtió en un río humano que, según cálculos de medios locales, reunió entre 30 mil y 50 mil asistentes.

Hace un año, el 9 de septiembre de 2024, estalló en Sinaloa una nueva etapa de la violencia, marcada por la guerra entre “los Chapitos” y “la Mayiza”, facciones rivales del Cártel de Sinaloa. Desde entonces, la ciudad se convirtió en escenario de asesinatos, desapariciones, robos y comercios cerrados. Se estima que entre 12 mil y 14 mil empleos se han perdido en Culiacán y han sido asesinados 1.800 personas.

“El mal no tiene la última palabra”

Al llegar a la Catedral, un templete improvisado dio voz al obispo de Culiacán, Mons. Jesús José Herrera Quiñónez. Con firmeza recordó a la multitud que “el mal no tiene la última palabra, porque el amor de Dios es más fuerte que la violencia”.

Sacerdotes participando en la marcha por la paz. Crédito: Pastoral Juvenil Universitaria y Profesionista / Cáritas Culiacán
Sacerdotes participando en la marcha por la paz. Crédito: Pastoral Juvenil Universitaria y Profesionista / Cáritas Culiacán

El prelado celebró la fuerza de la convocatoria, describiéndola como el “testimonio de que no nos resignamos a vivir bajo la sombra del miedo”, y llamó a reconocer que la “paz no es un sueño lejano, sino una tarea urgente que Dios pone también en nuestras manos”.

Mons. Herrera Quiñónez pidió a los fieles rechazar cualquier tentación de responder con odio, recordando que la “verdadera paz no se construye con armas ni con venganzas, sino con justicia, con perdón, y reconciliación y con amor solidario”. 

Marcha por la paz en Culiacán. Crédito: Vía Familia
Marcha por la paz en Culiacán. Crédito: Vía Familia

“Nuestra ciudad necesita hoy más que nunca de hombres y mujeres que se conviertan en artesanos de la paz, capaces de sembrar esperanza en medio de la violencia, de acompañar a quienes sufren, de educar a nuestros jóvenes en la verdad y en el bien, y de fortalecer la vida familiar y comunitaria”, señaló el prelado. 

Finalmente, elevó un mensaje directo a las autoridades, a quienes pidió compromiso firme “a servir al bien común con honestidad, justicia, verdad y transparencia”, y que no, “cedan ante la corrupción ni la indiferencia, sino que trabajen con valentía para garantizar seguridad, oportunidades y un futuro digno para todos los ciudadanos”.