Mons. José de Jesús González Hernández, actual Obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, en el estado mexicano de Guerrero, aseguró que en una ocasión se salvó gracias a la intercesión de la Virgen María luego de que un grupo armado abriera fuego contra su vehículo durante una visita pastoral.
Durante la Misa dominical del 10 de agosto en la Catedral de la Asunción de María Santísima en Chilapa, cuando explicaba que Dios corresponde a quien le sirve y le tiene confianza, el prelado recordó una historia que vivió al inicio de su ministerio episcopal en la Prelatura de Jesús María-El Nayar, la primera sede de la que fue obispo, entre 2010 y 2022.
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Mons. González Hernández precisó que antes de comenzar su recorrido pastoral para conocer las parroquias que se le habían asignado, visitó el Santuario de Nuestra Señora de Huajicori, donde se encuentra una imagen milagrosa de la Virgen de los Remedios, para poner la misión en sus manos y solicitar su protección.
“Allá pues se pelean los territorios, igual que por acá”, indicó en referencia a los enfrentamientos de grupos del crimen organizado tanto en su anterior territorio pastoral como en el estado de Guerrero, donde ahora es obispo. La Prelatura de Jesús María-El Nayar, ubicada principalmente en una zona montañosa del estado de Nayarit, abarca también territorios de Durango, Jalisco y Zacatecas.
Frente a la imagen de la Virgen, el obispo se encomendó diciendo: “soy nuevo, no conozco, pero tú sí conoces. Virgencita linda, tú eres la pastora, tú conoces a tus fieles, tú conoces todas estas cañadas, ríos, arroyos y montañas, tú bien conoces el territorio y bien conoces los caminos, bien conoces a tus hijos que aquí andan; yo me encomiendo a ti”.
Tiempo después, durante su visita a una de las parroquias cercanas a la frontera con Durango, el prelado recordó que cuando viajaba a bordo de su camioneta miembros de un grupo armado “nos confundieron y nos tiraron de balazos a la cabeza en el vehículo. No nos pegó ninguna [bala]”.
“Nos alcanzaron los bandidos. Dijeron: ‘bájense’, y nos bajamos [todos] (…) Gracias a Dios se sorprendieron porque vieron que éramos curas. Yo llevaba mi hábito y mi Cristo” en su cruz pectoral, mencionó.
Los atacantes les dijeron que buscaban a otra persona para asesinarla pero, al darse cuenta del error, “ya vino el jefe y dijo: ‘perdónenos, discúlpenos, es que nos equivocamos’”. Incluso se ofrecieron a cubrir los daños causados a los vidrios, propuesta que el obispo rechazó.
Antes de marcharse, los criminales pidieron la bendición del prelado. Mons. González Hernández confesó que aunque sentía que “se me subía y se me bajaba el azúcar y la sangre, y el espíritu” por el susto experimentado, al ver “el arma humeando” aún de las recientes detonaciones, decidió concederles la bendición.
El obispo reflexionó que en ese momento comprendió que como pastor de un territorio “también son mis hijos, acabo de recibir la prelatura que equivale a diócesis, y la recibí con todo lo que tiene, y entonces ya le di la bendición”.
De esta experiencia, Mons. González Hernández afirmó que “la Virgen es la pastora, la Virgen es la que cuida de su rebañito, de todos los que recurrimos a ella, y si nosotros nos encomendamos a ella, ella no defrauda”.
El obispo comentó que imagina cómo, con su manto, la Virgen decía: “que no les pegue, que se vayan (…), y seguramente sí, muchas balas se echaron a perder”. “La Virgencita estaba allí”, agregó.
“Cuando uno tiene como tesoro a la Virgen en su corazón, cuando uno tiene su tesoro en Jesús, verdad, en ese encuentro con Él, y no te apegas al dinero ni a los poderes de la Tierra, sino que Él es lo máximo para ti, Él te protege inclusive a la hora de la muerte”, reiteró.
Otros obispos que han sufrido la violencia del crimen organizado
Otros obispos mexicanos de la zona han denunciado haber sido retenidos por el crimen organizado al viajar por carretera.
Mons. Faustino Armendariz, Obispo de Durango, indicó en febrero de 2022 que tanto él como los sacerdotes de la diócesis han sido interceptados por grupos armados en su labor pastoral. Sin embargo, indicó, “nosotros continuamos realizando nuestra tarea en los lugares donde necesitamos y debemos ir, y ahí vamos a estar con la gente que sufre".
Asimismo, Mons. Sigifredo Noriega Barceló, el Obispo de Zacatecas, en junio ese mismo año, relató que fue detenido en un retén del crimen organizado en Jalisco, cuando iba a visitar comunidades pertenecientes a su diócesis.
Por su parte, el Cardenal José Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Guadalajara, contó que fue “detenido por dos retenes, que obvio son del crimen organizado, y le exigen a uno decir de dónde viene, a qué se dedica, qué hace”.




