La comunidad católica de Catamarca celebró este jueves el cuarto aniversario de la beatificación de Fray Mamerto Esquiú, con una procesión y una Misa en su pueblo natal, Piedra Blanca.

La celebración se enmarcó en el Año Jubilar y también en el camino al bicentenario de su nacimiento, que se celebrará en mayo de 2026. En ese contexto, los fieles recordaron la figura y el testimonio del fraile y obispo que fue modelo de santidad y ciudadanía.

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La llegada de las imágenes del Señor de los Milagros, desde el santuario de La Tercena, y de la Virgen del Valle, patrona de Catamarca, desde su santuario y catedral basílica, dieron inicio a la celebración.

Luego se rezó el rosario, y se realizó una procesión alrededor de la plaza central, que contó con la participación de autoridades, instituciones, agrupaciones tradicionalistas, peregrinos y fieles.

La Eucaristía central estuvo presidida por el Obispo de Catamarca, Mons. Luis Urbanc, en el atrio del templo histórico San José, y concelebrada por numerosos sacerdotes.

Al recordar a Mamerto Esquiú, el Obispo hizo hincapié en su ejemplo como “mensajero de Jesucristo” en tiempos difíciles. Su legado, afirmó, se funda en la centralidad del Evangelio, la fraternidad y la caridad.

En ese sentido, exhortó a seguir el ejemplo del beato, poniendo en práctica la humildad y el servicio, y recordando que “la caridad es el distintivo de la vida cristiana, el amor hecho acción" e invitó a seguir el ejemplo del beato en la humildad y el servicio.

En el momento de las ofrendas, se acercó al altar una reliquia de primer grado del beato catamarqueño, entregada por el Arzobispado de Córdoba.

Al finalizar la Misa, el Coro Cantus Nova entonó la canción de la beatificación.

Celebraciones en El Suncho

Durante la tarde del jueves, fieles y devotos se congregaron para conmemorar el aniversario de la Beatificación en El Suncho, departamento La Paz, lugar donde Fray Esquiú, siendo en ese momento Obispo de Córdoba, falleció el 10 de enero de 1883. En el lugar se conserva parte del "viejo algarrobo negro" que le brindó su sombra en los últimos minutos de su vida.

Reunidos allí, los fieles rezaron el Rosario, dieron gracias a Dios por la beatificación y rogaron por su pronta canonización, recordando momentos importantes de la vida del fraile.