Colombia celebra estos días la Semana por la Paz con “un llamado muy fuerte” a crear las condiciones para que se respete la vida, sobre todo ante las situaciones complejas que enfrenta el país, indicó Mons. Héctor Fabio Henao, delegado del Episcopado para las relaciones Iglesia-Estado.

La 38° Semana por la Paz tiene por lema Arropemos la vida con dignidad y esperanza, y comenzó el pasado lunes 1 de septiembre, sin embargo, el Episcopado indicó que este año las actividades se extenderán durante todo el mes.

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En declaraciones a EWTN Noticias, Mons. Henao explicó que el lema “es un llamado muy fuerte de toda la sociedad colombiana para que se respete a la vida humana, para crear condiciones en las que la vida humana sea realmente el centro de nuestra sociedad y sea el valor fundamental en torno al cual se construye toda la red del tejido social, que es la vida y que es la sociedad como tal”. 

En ese sentido, indicó que si bien la Semana por la Paz “nació ciertamente en la Iglesia, nació en los colegios de la Compañía de Jesús”, se está expandiendo a otros sectores como organizaciones sociales, culturales y sindicales “para convertirse en una gran actividad, tal vez la movilización más importante de Colombia que se hace normalmente en torno al tema de la paz”.

Al destacar la importancia de esta iniciativa, Mons. Henao se refirió al contexto de violencia que afronta Colombia, con enfrentamientos entre grupos armados en varias partes del país y atentados como el ocurrido hace unos días en Cali y Amalfi, o el ataque al precandidato presidencial Miguel Uribe, quien falleció tras varias semanas hospitalizado.

El representante de los obispos dijo que esto muestra que la violencia no es un hecho lejano, sino que “está más cerca”, así como “la complejidad de la situación y de los desafíos que tiene la sociedad colombiana (…), que tendrá que ser capaz en el futuro de crearse un plan de control territorial en manos del Estado y donde individualmente se avance hacia la búsqueda de la reconciliación, que es un gran desafío también”.

A pesar de ello, destacó la participación de la Iglesia Católica en los procesos iniciados por el gobierno para tratar de poner fin a la violencia.

“La Conferencia Episcopal de una parte ha sido invitada a participar en los diálogos de paz que ha iniciado este gobierno” con 12 mesas de negociación y una más “que estaría por abrirse”, indicó.

Mons. Henao explicó que “en esas mesas de negociación, en general, hay presencia de la Conferencia Episcopal o de las diócesis según la extensión, la cobertura del grupo (armado) que está negociando”. 

“Entonces hay una noticia positiva: es que ha habido un esfuerzo de abrir muchos escenarios de diálogo, muchos escenarios de discusión sobre procesos que puedan conducirnos hacia la paz. Vemos que la paz no se negocia, no es el resultado de una negociación, pero allí se aclimatan las condiciones para reducir las violencias y para crear un clima de convivencia”, afirmó.

Sin embargo, Mons. Henao señaló que Colombia está viendo también “una fragmentación enorme de los grupos armados”, los mismos que se enfrentan entre ellos por el control de los territorios y de las rentas de negocios ilegales.

“Inicialmente estos grupos tuvieron, digamos, un trasfondo ideológico, político y eso en algunos casos se conserva, pero hoy hay un trasfondo que es muy complejo, que tiene que ver con las rentas ilegales” del narcotráfico y de la minería ilegal, explicó.

“Establecen unas luchas permanentes entre sí, tratando de llegar a un control territorial muy fuerte, y ese es el sujeto de preocupación de la Conferencia Episcopal”, añadió.

Más información sobre la Semana por la Paz 2025 se puede encontrar en este enlace.