Como símbolo de agradecimiento por la cálida acogida durante el Jubileo de los Jóvenes, peregrinos mexicanos entregaron el 31 de julio una réplica del manto de la Virgen de Guadalupe, patrona de México, a la Basílica de Sant’Andrea della Valle, en Roma.

La Arquidiócesis Primada de México destacó en sus redes sociales que este gesto “une dos corazones: El de México, que late con fe mariana. Y el de Roma, que abre sus puertas a los peregrinos del mundo”.

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La entrega de la réplica, fue luego de una Misa en la que participaron cientos de jóvenes mexicanos convocados para el Jubileo. La celebración estuvo presidida por Mons. Andrés Luis García Jasso, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis Primada de México, quien invitó a los mexicanos a creer con convicción que “la juventud católica está viva”.

Durante la homilía, Mons. García Jasso expresó que “este tipo de encuentros permite descubrir que, al igual que tú, hay muchos jóvenes con los mismos combates, las mismas luchas y la misma esperanza. Y la esperanza no defrauda”, expresó el prelado durante su homilía.

Misa de jóvenes mexicanos en Roma. Crédito: Arquidiócesis Primada de México
Misa de jóvenes mexicanos en Roma. Crédito: Arquidiócesis Primada de México

El obispo alentó a los jóvenes a reconocer que son “el presente de la Iglesia Católica. Hoy estamos aquí y tenemos algo que decir al mundo: que Cristo está vivo, que Cristo está en nuestro corazón, que Cristo me levanta cada vez que tropiezo”.

Finalmente, los invitó a pedirle al Señor “un corazón abierto, para que el Espíritu los guíe para encontrar la fe y la salvación”, y así llevar ese mensaje de vida al mundo.

Sobre la iglesia

Según el sitio web de la Orden de Clérigos Regulares, conocidos como los teatinos, la Basílica de Sant’Andrea della Valle es la iglesia sede de la Casa General de esta congregación. 

Además de su belleza, que la distinguen de otras iglesias en Roma, la basílica alberga desde 1623 los restos mortales de dos sumos pontífices: Pío II y Pío III; las reliquias de los santos mártires Antonio y Fortunato; así como los restos del cardenal teatino San Josemaría Tomasi.

“Testimonio de Cristo vivo”

Para muchos, el Jubileo de los Jóvenes fue una experiencia transformadora. Diego Augusto Hernández Ponce, uno de los jóvenes participantes, compartió con ACI Prensa que él “venía buscando a Dios, pero no sabía que Dios ya me estaba esperando”. 

Añadió que su mayor deseo ahora es compartir esa vivencia y que “no me lo quiero quedar para mí. El día que regrese a mi hogar, a mi comunidad, con todas las personas que conozco y dejé en casa, simplemente les voy a decir todo lo que fue para mí este jubileo”.

De manera similar, Tamara Mendez, también expresó a ACI Prensa su deseo de convertirse en un “testimonio de Cristo vivo”.

“Como católica, quiero ser ejemplo por ese amor, por esa alegría con la que hacemos las cosas. Y creo que así debe ser todo: tenemos que poner a Dios en el centro de nuestras vidas”, afirmó.

Víctor González Flores, también de la Ciudad de México, destacó el impacto del encuentro “ha sido muy gratificante, porque te das cuenta que en todo el mundo hay jóvenes católicos dispuestos a seguir a Cristo”. 

Añadió que, aunque en ocasiones se diga que “la Iglesia Católica está en decadencia, o que ya no se vive lo mismo; es totalmente mentira”.