El P. Cristian Viña, sacerdote de La Plata (Argentina), compartió la “lluvia de bendiciones” recibidas en el día de la Virgen del Carmen, una advocación mariana que se celebra este 16 de julio y que desde su niñez “tuvo un papel destacado en mi corazón”.

“Desde muy niño, en mi Rosario natal, Nuestra Señora del Carmen tuvo un papel destacado en mi corazón”, comenta el sacerdote argentino en un correo electrónico enviado a ACI Prensa.

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El llamado de Dios

El presbítero compartió que estas bendiciones comenzaron ayer por la tarde, cuando celebró la Misa de la víspera de la Virgen del Carmen en el monasterio platense Regina Martyrum y San José.

“Gabriel, un hijo espiritual desde hace varios años, me confirmó que, Dios mediante, ingresará el año próximo en una de las congregaciones religiosas más fieles de nuestro tiempo. Y, además, me reveló que su quinceañera hermana Romina comenzó a pensar, también, en ser religiosa”, contó el sacerdote.

Dos futuros bautizos

Y hoy miércoles 16 de julio, “la Santa Misa de la Virgen del Carmen fue la puerta de ingreso de una seguidilla de detalles de Jesús y de su Santísima Madre. Apenas llegué al hospital, se acercó la mamá del pequeño Enzo, que viene peleando por su vida, en Neonatología, para responder afirmativamente al insistente pedido de un servidor, para que lo bautizara”.

“Instantes después, acordé también con los papás adoptivos de Jazmín —una niña con infinidad de graves problemas que, tras un montón de trabas burocráticas, encontró, finalmente, un hogar— que la voy a bautizar, Dios mediante, mañana, jueves 17, junto a Enzo”, continuó.

El escapulario de la Virgen del Carmen y la Unción de los Enfermos

Luego pudo imponerle el escapulario de la Virgen del Carmen a Amanda, “una piadosa empleada de la cocina” y pudo saludar un joven de nombre Martín, a quien “su ideologizada facultad le despojó de su fe”. “Van dando fruto las horas y horas de paciente diálogo que mantenemos. Poco a poco va regresando a Casa”, añadió.

Cuando se dirigía a la capilla, le avisaron que “una paciente terminal quería la Unción. Me acerqué a su encuentro; y allí, María, en sus últimos instantes de lucidez, alcanzó a recibir el perdón de sus pecados y la Indulgencia Plenaria. Un nuevo y maravilloso obsequio de la Virgen, en su día”.

El poder de la oración de las carmelitas

“Ya en el templo me detuve un buen rato frente a la imagen de Nuestra Señora del Carmen; que sobrevivió intacta a la trágica inundación platense, del 2 de abril de 2013. Restaurada recientemente por Telma, una abuela catequista que me acompañó durante los diez años de mi misión en Cambaceres (Ensenada), volví a sentir a sus pies todo el poder de la oración de las carmelitas; cuyo convento está a sólo doscientos metros”.

Allí, ante la imagen de la Madre de Dios, el P. Cristian Viña ya no pudo “contener lágrimas de emoción al comprobar, una vez más, que la Virgen siempre estuvo, está y estará”.

“Y que, como la mejor de todas las madres, jamás se rinde ante sus hijos díscolos —como este servidor, de otros tiempos—; y que, desbordante de detalles, da sentido de eternidad a las situaciones más difíciles”.