En 1990, cuando todavía era superior de los Jesuitas en Argentina, el Papa Francisco realizó una curiosa promesa a Nuestra Señora del Carmen, que hoy sigue vigente.
Durante su pontificado, el Papa Francisco ha demostrado especial devoción por algunos santos y advocaciones marianas.
Ejemplo de ello es la elección de su nombre en honor al Santo de Asís, o su devoción por la Virgen Desatanudos, cuya imagen está presente en su escritorio, y a quien en 2021 le rogó por el fin de la pandemia.