El asesinato de una madre y sus tres hijas en el estado mexicano de Sonora ha conmocionado el país. La Iglesia Católica ha lamentado la “dolorosa tragedia” e hizo un llamado a “no sólo señalar culpables de la misma, sino intensificar la reconstrucción del tejido social”.
La Fiscalía General de Justicia del Estado de Sonora informó que el 5 de julio se hallaron los cuerpos de tres hermanas menores de edad en el poblado Miguel Alemán, en el municipio de Hermosillo: una niña de 9 años y dos gemelas de 11. Un día antes, las autoridades encontraron el cuerpo de la madre de las menores, que tenía 28 años y que ha sido identificada como Margarita “N”.
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Los homicidios habrían sido cometidos el 3 de julio.
Las autoridades han responsabilizado del crimen a la pareja sentimental de la madre de las niñas, asegurando que el sujeto “se dedica a la distribución de drogas y está vinculado con una organización criminal”.
El 7 de julio, la fiscalía estatal indicó que en audiencia judicial “se presentaron sólidos medios de prueba que acreditan la probable responsabilidad del señalado por los crímenes que se le imputan, por lo que el Juez determinó vincularlo a proceso e imponer la medida cautelar de prisión preventiva justificada”.
“Una sociedad marcada por la inseguridad y la violencia”
En su comunicado publicado el 8 de julio, Mons. Ruy Rendón Leal, Arzobispo de Hermosillo, aseguró que, como Iglesia, elevan su “oración a Dios nuestro Señor, por estas hermanas nuestras que han sido privadas de la vida, por sus familiares y seres queridos, pero también por nosotros, a fin de que, asumiendo nuestra responsabilidad, nos convirtamos en constructores de paz, en medio de una sociedad marcada por la inseguridad y la violencia”.
“Sin duda, esta dolorosa tragedia ha consternado no sólo a nuestra sociedad sonorense, sino también a la de todo el país, en razón de las peculiaridades de lo ocurrido y de las personas fallecidas”, expresó el prelado.
El arzobispo mexicano subrayó que, “como hombres y mujeres de fe, estamos llamados a luchar por lograr una sociedad libre de todo género de violencia”.
Para esto, dijo, “debemos, no sólo señalar culpables de la misma, sino intensificar la reconstrucción del tejido social, reconociendo que aún no hemos hecho todo lo que podríamos hacer en relación con la familia, con la mujer, con los menores de edad, con la educación, con la salud integral de las personas”.
“Como Iglesia en México, estamos llamados a fortalecer la construcción de la paz, empezando por nuestro propio corazón, por nosotros mismos, por nuestra familia, por nuestros entornos de convivencia diaria”.
“Mucho podemos hacer si entendemos que la felicidad mayor no está en las cosas materiales que nos distraen de lo verdaderamente importante y trascendente, como son los valores humanos y cristianos: la amistad, la fraternidad, la paz, el perdón, la bondad, la caridad, entre otros”, aseguró Mons. Rendón Leal.
De acuerdo al Índice de Paz México 2025, desarrollado por el Instituto para la Economía y la Paz, Sonora es el décimo estado más violento de las 32 entidades federativas mexicanas.
El informe señala que los estados de Sonora, Colima, Baja California Sur, Baja California y Sinaloa, “debido a su ubicación en rutas clave del narcotráfico”, presentaron “las cinco tasas más altas de delitos graves en 2024, con tasas que oscilaron entre 13.8 y 26.4 delitos registrados por cada 100.000 habitantes”.
El Listado de las 50 ciudades más violentas del mundo en 2024, realizado por el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, incluye a 20 localidades mexicanas, entre ellas —en el sexto lugar del ránking— Ciudad Obregón, la segunda ciudad más poblada de Sonora.




