Al concluir la octava Congregación General de cardenales, celebrada este viernes 2 de mayo, el Vaticano informó que aún se espera la llegada de cuatro cardenales electores a Roma, cuando faltan apenas cinco días para el inicio del cónclave.

El director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, no reveló los nombres de los purpurados que aún están en camino hacia la Ciudad Eterna. 

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Sin embargo, señaló que durante la sesión de hoy llegaron a Roma varios cardenales que prestaron juramento a las 10:30 a.m. (hora local), durante la pausa de la asamblea.

En la reunión, de carácter privado, participaron alrededor de 180 cardenales, de los cuales más de 120 son electores. 

Durante el encuentro con los periodistas Bruni también desmintió los rumores sobre un posible malestar del Cardenal Pietro Parolin, precisando que no se ha producido ningún episodio de ese tipo. También negó que haya habido intervención de personal médico o de enfermería.

Intervenciones sobre abusos sexuales y escándalos financieros

A lo largo de la mañana, tomaron la palabra 25 purpurados y las intervenciones abordaron temas de particular relevancia para el futuro de la Iglesia Católica. 

Según indicó la Oficina de Prensa de la Santa Sede en un comunicado, se destacó que la evangelización ha sido el corazón del pontificado del Papa Francisco, quien buscó una Iglesia “como comunión fraterna y evangelizadora, capaz de hablar especialmente a las nuevas generaciones”.

Asimismo, este viernes se ha prestado especial atención a las Iglesias de Oriente, marcadas por el sufrimiento, pero también “por un fuerte y valiente testimonio de fe”.

Varias intervenciones subrayaron también la urgencia de comunicar el Evangelio de manera eficaz en todos los niveles de la vida eclesial, desde las parroquias hasta la curia, recordando que “el testimonio del amor mutuo es el primer anuncio, como recuerda el Evangelio”.

Las intervenciones de los cardenales también trataron sobre los abusos sexuales y los escándalos financieros.

El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, informó que estas cuestiones fueron abordadas como “una herida” que debe mantenerse “abierta”, para que se mantenga viva la conciencia del problema y puedan identificarse caminos concretos hacia su sanación.

Entre otros temas que surgieron están la centralidad de la liturgia, la importancia del derecho canónico y el valor de la sinodalidad, entendida en su relación con la misión, la colegialidad y la superación del secularismo.

Finalmente, se reflexionó sobre la “hermenéutica de la continuidad” entre los pontificados de San Juan Pablo II, Benedicto XVI y el Papa Francisco, así como la relevancia Eucaristía en la misión evangelizadora de la Iglesia.