El servicio de la Iglesia Católica a los migrantes y refugiados en Estados Unidos ha sido objeto de escrutinio después de que el vicepresidente JD Vance criticara a la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) en una entrevista televisada mientras la administración continúa tomando medidas enérgicas contra la inmigración ilegal.

“Creo que [la USCCB] necesita mirarse un poco al espejo y reconocer que cuando reciben más de 100 millones de dólares [del gobierno federal] para ayudar a reasentar a los inmigrantes ilegales, ¿están preocupados por cuestiones humanitarias o están realmente preocupados por sus resultados finales?”, preguntó Vance retóricamente en una entrevista el 26 de enero en el programa “Face the Nation” de CBS.

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Sin hacer referencia directa a Vance, la USCCB emitió una declaración ese mismo día defendiendo su asociación con el gobierno federal para el reasentamiento de refugiados, señalando que las personas a las que sirven a través del programa de reasentamiento de refugiados son “examinadas y aprobadas… por el gobierno federal mientras están fuera de los Estados Unidos”.

“En virtud de nuestros acuerdos con el gobierno, la USCCB recibe fondos para realizar este trabajo; sin embargo, estos fondos no son suficientes para cubrir el costo total de estos programas”, se lee en el comunicado. “Sin embargo, esto sigue siendo una obra de misericordia y un ministerio de la Iglesia”.

A la luz de este debate, presentamos a continuación una explicación para arrojar luz sobre los esfuerzos de la USCCB para servir a los migrantes y su asociación con el gobierno federal.

¿Cuánto dinero de los contribuyentes recibe la USCCB?

En los últimos años, la USCCB ha recibido más de 100 millones de dólares estadounidenses al año del gobierno federal para apoyar servicios de migración y refugiados.

Una gran parte de la financiación proviene de subvenciones a través del Programa de Admisión de Refugiados de los Estados Unidos (USRAP, por sus siglas en inglés) para ayudar a reasentar a los refugiados que han sido examinados por el gobierno federal. Este es el programa al que se refirieron los obispos en su declaración.

La USCCB también recibe fondos federales a través de otros programas, como el programa de asistencia a refugiados y migrantes, cuyo objetivo es apoyar a los migrantes y ayudarlos a lograr la autosuficiencia. La conferencia episcopal también recibe dinero federal del programa de Niños Extranjeros No Acompañados, cuyo objetivo es apoyar a los niños migrantes que ingresan a los Estados Unidos sin un padre o tutor o que están separados de sus padres o tutores.

La cantidad de dinero que recibe la USCCB fluctúa de un año a otro y de una administración a otra, pero la conferencia ha colaborado con el gobierno federal en este tema durante cuatro décadas y media.

Según los estados financieros auditados de la USCCB, la financiación federal cubrió más del 95% de lo que la conferencia gastó en programas para refugiados y migrantes en los últimos años. La USCCB ha gastado un poco más en estos servicios de lo que cubre la financiación federal, según los estados financieros.

En 2023, el año más reciente reportado, la USCCB gastó más de 134,2 millones de dólares en estos servicios, y las subvenciones federales cubrieron más de 129,6 millones de dólares de ese gasto. En 2022, la USCCB gastó casi 127,4 millones de dólares después de recibir casi 123 millones de dólares del gobierno.

La financiación federal en esos dos años fue mucho mayor que durante el primer año de mandato del presidente Joe Biden y durante la mayor parte del primer mandato del presidente Donald Trump.

La USCCB recibió poco más de 67,5 millones de dólares en fondos federales en 2021, alrededor de 47,8 millones en 2020, un poco más de 52,7 millones en 2019 y un poco menos de 48,5 millones en 2018. Cada año, la conferencia gastó unos 5 millones más de lo que cubrían las subvenciones. Durante el primer año de Trump en 2017, la financiación de las subvenciones fue mayor (poco más de 72,3 millones) y el gasto de la USCCB en estos servicios fue de más de 82,2 millones.

Durante el mandato del presidente Barack Obama, la financiación de subvenciones federales para los programas de la USCCB que apoyan a refugiados y migrantes fluctuó entre menos de 70 millones de dólares y más de 95 millones de dólares.

¿A dónde va el dinero?

La USCCB dirige la mayor parte de sus fondos de subvenciones federales a organizaciones afiliadas que brindan servicios de migración y refugiados, como Catholic Charities.

Según el Comité de Migración de la USCCB, la red católica de reasentamiento de refugiados incluye más de 65 oficinas afiliadas en todo Estados Unidos. Los obispos informan que la USCCB y sus Servicios de Migración y Refugiados ayudan a reasentar a alrededor del 18% de los refugiados que ingresan al país cada año.

Numerosas filiales se encuentran cerca de la frontera con México, por donde muchas personas que buscan el estatus legal de refugiados cruzan a Estados Unidos. Sin embargo, el sitio web del comité afirma que “no hay evidencia ni investigación que respalde la afirmación de que… los servicios que brindan las organizaciones católicas incentivan la migración ilegal”.

Algunos de los servicios que se ofrecen a través de la financiación incluyen comida, ropa, alojamiento, empleo y asistencia para la asimilación a su nueva comunidad, incluidas clases de inglés como segunda lengua. Algunas organizaciones también ofrecen servicios jurídicos a los inmigrantes para brindar asistencia gratuita con cuestiones legales relacionadas con el estatus migratorio y los viajes a los refugiados aceptados en USRAP.

Además de la reubicación de refugiados, la USCCB también utiliza subvenciones federales para ayudar a los menores refugiados no acompañados a través del trabajo con sus afiliados. Esto incluye servicios de acogida para niños migrantes y programas de reunificación familiar que trabajan para reunir a los niños que se separan de sus familias durante la migración.

La USCCB también opera varios programas con la ayuda de sus afiliados que tienen como objetivo combatir la trata de personas migrantes, lo que incluye iniciativas centradas en la prevención del trabajo forzado y la explotación sexual.

Aunque una parte importante de este trabajo se financia con subvenciones federales, el sitio web del comité destaca que la USCCB “no se beneficia de su participación” en estos programas, y señala que la conferencia gasta más dinero en estas iniciativas del que recibe del gobierno. Tanto la USCCB como Catholic Charities son organizaciones sin fines de lucro.

Disputas políticas y financiación federal

Mejorar la seguridad fronteriza y deportar a los inmigrantes que ingresaron al país ilegalmente son dos de los principales temas en los que el recién investido presidente Donald Trump centró su campaña y su presidencia.

Los funcionarios de la nueva administración no sólo se han centrado en cambiar la política federal de inmigración, sino que también han criticado a las organizaciones no gubernamentales (ONG) que prestan servicios a los migrantes, entre las que se incluyen organizaciones católicas sin fines de lucro afiliadas a la USCCB.

Una de las órdenes ejecutivas del primer día de Trump fue suspender la admisión de refugiados a través del USRAP. La semana siguiente, la Casa Blanca ordenó a los jefes de departamentos y agencias federales que suspendieran la financiación federal a las ONGs que pudieran verse implicadas en las órdenes ejecutivas.

Aunque todavía no está claro en qué medida esto afectará la financiación de las ONGs católicas, la presidenta y directora ejecutiva de Catholic Charities USA, Kerry Alys Robinson, emitió una declaración que instaba al presidente a reconsiderar la congelación del financiamiento.

“Los millones de estadounidenses que dependen de este apoyo vital sufrirán debido a la medida sin precedentes de congelar la ayuda federal que apoya estos programas”, dijo Robinson. “Las personas que perderán el acceso a una atención médica crucial son nuestros vecinos y familiares. Viven en todos los rincones del país y representan a todas las razas, religiones y afiliaciones políticas”.

Patrick Raglow, director ejecutivo de Catholic Charities de la Arquidiócesis de Oklahoma City, dijo a “EWTN News In Depth” el viernes que “nuestro enfoque es estar presentes para aquellos que se cruzan en nuestro camino, por lo que apoyamos a las personas que encuentran su camino hacia Catholic Charities”.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.