El Arzobispo de Córdoba (Argentina), Cardenal Ángel Sixto Rossi, lamentó los anuncios vinculados a la política migratoria que realizó el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, al asumir el cargo, y consideró que el mandatario “leyó lo contrario” de lo que le pidió el Papa Francisco: que Estados Unidos sea “una tierra de oportunidades y de acogida”.
En declaraciones a Radio Mitre, el purpurado recordó que "En la carta que el Papa Francisco le escribe a Trump, le dice que espera que Estados Unidos sea tierra de oportunidades y de acogida, y lo invita a construir una sociedad más justa, que no sea un lugar para el odio, la discriminación, para la exclusión”.
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Sin embargo, “parece que él leyó lo contrario", lamentó, luego de que en su discurso de asunción, el presidente Trump anunciara mayor dureza en las políticas migratorias, un freno a todo ingreso irregular al país, y la deportación de “millones y millones” de inmigrantes irregulares.
"Yo digo así en mi reflexión: a veces, se dice que 'la opulencia trae el olvido'. La mayoría de los norteamericanos —como nosotros también lo somos— son hijos, nietos, bisnietos de indocumentados que llegaron hambreados. Por lo tanto, somos hijos, nietos, bisnietos de lo que algunos de ellos consideran 'migrantes criminales'. La opulencia trae el olvido", insistió.
“No es un problema de nacionalidades, porque de la misma nacionalidad son muchos empresarios y hombres ricos que no son expulsados ni se les cierran las puertas", advirtió.
Su crítica se extendió también a aquellos migrantes que viven legalmente en Estados Unidos y avalan las políticas de Trump. "Es una reacción egoísta, de cuidar la propia quintita, diríamos, y muestra una veta fea de nuestro corazón: nos olvidamos de dónde venimos", consideró.
"Cuántos y cuántos de los que dejarán de ser ciudadanos, cuántos de los que se van a convertir en 'migrantes criminales' son los que les hacen el servicio doméstico, cosechan sus cultivos, limpian sus edificios, lavan los platos de sus restaurantes, cubren los turnos de noche en sus hospitales”, dijo el cardenal.
“Estos serán indocumentados, pero no son criminales, pagan impuestos, son buenos vecinos, son buenos fieles de las iglesias, de las mezquitas, de las sinagogas. Sin querer ser simplista, es triste que rumbeemos pa' ese lao [avanzar en esa dirección]", alertó.