El Cardenal africano Robert Sarah, prefecto emérito del Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en el Vaticano, defiende la Misa tradicional o Misa tridentina y explica por qué esta celebración debe perdurar en la Iglesia Católica.
“¡Necesitamos adoradores!”
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En una reciente conferencia auspiciada por La Nueva Brújula Cotidiana, en Milán (Italia), en el marco de la presentación de su libro ¿Dios existe? El grito del hombre que pide salvación, el cardenal africano resalta que “la tarea más urgente es recuperar el sentido de la adoración y de la postración con fe y asombro ante el misterio de Dios”.
En ese sentido, el purpurado precisó que “la pérdida del valor religioso de arrodillarse y del sentido de adoración a Dios es el origen de todos los incendios y crisis que sacuden al mundo y a la Iglesia, de la inquietud e insatisfacción que vemos en nuestra sociedad”.
“¡Necesitamos adoradores! El mundo se muere por falta de adoradores. La Iglesia se está haciendo árida porque le faltan adoradores. Este es el lugar primero y privilegiado del diálogo con Dios: el Sagrario, su presencia en medio de nosotros”, añadió.
La importancia de la Eucaristía y la Misa tridentina
Por esta misma razón, subrayó el Cardenal Sarah, “la Santa Misa es como una cita necesaria y vital con Cristo. La Eucaristía es la fuente de la misión de la Iglesia; las celebraciones sagradas y hermosas para gloria de Dios y santificación del pueblo, son fundamentales para fomentar la confianza con Él, esa intimidad divina que anhela nuestra existencia”.
“Por esto mismo, la Santa Misa celebrada en las lenguas nacionales no debe perder nunca el sentido de lo sagrado y no debe traicionar nunca la palabra del Señor Jesús”, alertó y precisó además que “la Santa Misa no es una reunión social para celebrarnos a nosotros mismos y nuestras hazañas, no es un despliegue cultural, sino el recuerdo de la muerte y resurrección del Señor que, desde hace siglos, la Iglesia siempre celebra”.
El prefecto emérito remarcó asimismo que “la Eucaristía es el Sacramento más vital. Es la vida de nuestra vida. El don más precioso que hemos heredado. Y una herencia se conserva, ¡no se puede disipar!”.
El purpurado cita luego el siguiente pasaje del Papa Benedicto XVI: “En la historia de la liturgia hay crecimiento y progreso, pero no ruptura. Lo que era sagrado para las generaciones anteriores, sigue siendo sagrado y grande también para nosotros, y no se puede prohibir de repente o incluso juzgado perjudicial. Es bueno para todos nosotros conservar las riquezas que han crecido en la fe y en la oración de la Iglesia, y darles el lugar que les corresponde”.
Por todo esto y más, prosigue el cardenal, “el hecho de que se plantee acabar definitivamente con la Misa tridentina tradicional, es decir, un rito que se remonta a San Gregorio Magno, una liturgia que tiene 1.600 años, una Misa que han celebrado tantos santos: San Padre Pío, San Felipe Neri, San Juan María Vianney (el Cura de Ars), San Francisco de Sales, San Josemaría Escrivá, etc. Y remontándonos hasta el Papa Gregorio Magno (590-604) e incluso hasta el Papa San Dámaso (366-384). Este proyecto, si es real, me parece un insulto a la historia de la Iglesia y a su Santa Tradición, un proyecto diabólico que querría romper con la Iglesia de Cristo, de los Apóstoles y de los Santos”.
En ese sentido, destaca el purpurado, “toda la tradición de la Iglesia enseña que Jesús de Nazaret, Señor y Cristo, es el único salvador de la humanidad, y que en ningún otro hay salvación. Quien, fuera de los límites visibles del cristianismo, llega a la salvación, llega a ella siempre y sólo por los méritos de Cristo en la Cruz y no sin alguna mediación de la Iglesia”.
¿Quién es el Cardenal Robert Sarah?
El Cardenal Sarah es uno de los purpurados más importantes de África y de la Iglesia universal. Es un firme defensor de la liturgia, el derecho a la vida, la familia y la libertad religiosa. Tiene 79 años. El 15 de junio, cuando cumpla 80, dejará de ser un cardenal elector para un eventual cónclave que elija al sucesor del Papa.
Fue prefecto de la Congregación —hoy Dicasterio— para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos en los pontificados de Benedicto XVI y el Papa Francisco.
Fue uno de los cinco cardenales que en 2023 enviaron una serie de preguntas al Papa Francisco para expresar sus preocupaciones antes de la apertura de la primera sesión del Sínodo de la Sinodalidad.
Es autor de libros como Dios o nada: entrevista sobre la fe; El poder del silencio; Se hace tarde y anochece; y Desde lo más hondo de nuestros corazones, este último escrito con Benedicto XVI.
¿Qué es la Misa tradicional en latín o Misa tridentina?
La Misa tradicional en latín o Misa tridentina es aquella que el Papa San Pío V codificó, unificando los diversos ritos que existían hasta entonces, en el Misal de 1570, con lo que se hizo concreto el pedido del Concilio de Trento (1545 – 1563) al respecto.
El libro o Misal que se utiliza para esta Misa, que tiene como base el de San Pío V, fue revisado y modificado por el Papa San Juan XXIII en 1962.
En esta Misa el sacerdote celebra de "espaldas al pueblo" o ad orientem, es decir mirando hacia el oriente o "este litúrgico", como guía del pueblo o fieles presentes.
La Misa tradicional en latín no está prohibida, pero desde 2021 tiene una serie de restricciones implementadas por el documento Traditionis Custodes del Papa Francisco que, en la práctica, han hecho que sea difícil celebrarla.