Con motivo del Día Internacional en Memoria de las Víctimas de la “Shoah”, la Conferencia Episcopal Española ha expresado “un no rotundo a cualquier medida que pueda vulnerar el derecho a la libertad religiosa en nuestra sociedad”.
En el día en el que se cumplen 80 años de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz (Polonia), la Subcomisión Episcopal para las Relaciones Interconfesionales y el Diálogo Interreligioso ha publicado un mensaje titulado Hagamos memoria de cómo inició todo.
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Para los prelados españoles, este aniversario “nos recuerda el horrible exterminio de millones de judíos y personas de otras confesiones que fueron víctimas de la ideología y de la barbarie capaces de aniquilar a la humanidad traspasando las fronteras del odio y la violencia”.
Siguiendo reflexiones de San Juan Pablo II al respecto, los obispos suscriben que “el crimen de la Shoah sigue siendo una mancha imborrable en la historia de la humanidad” y piden que la recordemos “con profundo pesar, pues el ser humano es olvidadizo y tiende a repetir sus errores minando las posibilidades de un futuro de paz y fraternidad”.
Los prelados españoles recuerdan al mismo tiempo las palabras del Papa Francisco en 2021 que invitaban a hacer memoria de “cómo inició este camino de muerte, exterminio y brutalidad”.
“Comprometidos con las víctimas inocentes de todos los genocidios declarados y encubiertos” los prelados hacen suyas también las palabras de Benedicto XVI durante su visita a Auschwitz en el año 2006:
“Nosotros elevamos nuestro grito a Dios para que impulse a los hombres a arrepentirse, a fin de que reconozcan que la violencia no crea la paz, sino que sólo suscita una espiral de destrucciones en la que todos son perdedores”.
Los obispos encargados en la CEE de las relaciones interconfesionales y el diálogo religioso animan “a reflexionar profundamente sobre el significado de la Shoah y a trabajar juntos por el respeto de la dignidad de las personas en todas sus circunstancias” y concluyen su mensaje pidiendo “decir un no rotundo a cualquier medida que pueda vulnerar el derecho a la libertad religiosa en nuestra sociedad”.
Estas palabras tienen especial significado en España, debido al impulso de una modificación legislativa para eliminar el delito de ofensas a los sentimientos religiosos y la intención declarada del Gobierno de dictarle a la Iglesia Católica las normas para el acceso a la comunión sacramental.
El pasado miércoles 22 de enero, el presidente de la CEE, el Arzobispo de Valladolid, Mons. Luis Argüello, se reunió con la Ministra de Igualdad, Ana Redondo, que afirma que las disposiciones litúrgicas para la recepción de la comunión debían someterse a la Constitución Española.
Mons. Argüello y Redondo también tuvieron ocasión de intercambiar pareceres sobre el acompañamiento que la Iglesia Católica ofrece a las personas con atracción al mismo sexo que experimentan una conversión y, de manera voluntaria, buscan actuar conforme a ese profundo cambio interior.
El Gobierno de España tiene abierta una investigación contra siete diócesis que acogieron actos del apostolado Transformados, que promueve la presentación de testimonios de quienes, gracias a la vida sacramental, han abandonado el modo de vida homosexual.