Esto ocurrió luego de la Resolución 181 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, aprobada en 1947 y que planteaba la creación de dos Estados, uno israelí y otro palestino. Sin embargo, la partición del territorio y el establecimiento de Israel no fueron aceptados por los países árabes.
Así, el 15 de mayo de 1948 soldados egipcios, saudíes, yemeníes, libaneses, iraquíes, transjordanos, sirios, entre otros, invadieron al nuevo Estado, desencadenando la primera guerra árabe-israelí que culminó en julio de 1949 con la victoria de Israel y el aumento de su territorio. Más de 750.000 palestinos fueron desplazados a Gaza y Cisjordania.
Luego vendrían las contiendas de 1956, 1967 y 1973, esta última conocida como la guerra de Yom Kipur o del Ramadán, cuyos cincuenta años se cumplieron el pasado 6 de octubre, un día antes del ataque de Hamás.
Otra de las principales disputas es el estatus de Jerusalén, capital histórica del pueblo hebreo y donde se encuentran no sólo la muralla de lo que fue el Templo de Salomón —el Muro de los Lamentos—, sino también centros sagrados cristianos y musulmanes.