Cada miércoles, al finalizar la Audiencia General, el Papa Francisco suele saludar a prelados de diferentes partes del mundo, a algunas personalidades, familias, congregaciones o parejas de recién casados reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano.
Detrás de cada saludo suele esconderse una historia o anécdota que muchas veces acaba ocupando las portadas de la prensa internacional.
Sin ir más lejos, en una de las fotografías tras la Audiencia General del pasado miércoles 17 de abril se puede ver cómo una mujer “obispa” da la mano al Santo Padre.