En el caos de la guerra entre Israel y Hamás, donde cualquier movimiento puede ser fatal, ni siquiera enterrar a los muertos está garantizado. Cientos de personas siguen bajo los escombros en toda la Franja de Gaza, y transportar los cuerpos a los cementerios es casi imposible. A esto se suma la angustia de las fosas comunes.
El desafío es aún mayor para los cristianos, cuyos cementerios se encuentran en la parte norte de Gaza, cerca de sus iglesias. Para los que mueren en el sur, recibir un entierro cristiano es imposible.
Recientemente, dos cristianos fallecieron en el sur de Gaza: Hani Suhail Michel Abu Dawood y Haytham Tarazi. Sus familias no pudieron darles el último adiós y, por ahora, no han podido llevar los cuerpos de sus seres queridos a los cementerios cristianos del norte. Sin embargo, las puertas de los cementerios musulmanes se han abierto para recibir sus cuerpos y darles un entierro digno.