El Papa Francisco a menudo protagoniza divertidos y originales momentos como resultado de su espontaneidad y cercanía, instantes que suelen compartirse a través de las redes sociales y cuyo recuerdo queda para la posteridad.
Un ejemplo de ello es lo ocurrido tras la Audiencia General del pasado 3 de abril. Como cada miércoles, al finalizar su catequesis, el Papa Francisco saludó a los obispos, recién casados y fieles de las primeras filas en la Plaza de San Pedro.
Entre ellos se encontraba Lola, una anciana de Huelva (España), que entregó al Santo Padre una estampa de la Virgen del Rocío, venerada especialmente en Andalucía, comunidad autónoma situada al sur del país.