Como “un signo precioso” fue calificada la experiencia misionera que vivieron cerca de 150 sacerdotes de la Arquidiócesis de Bogotá (Colombia), quienes durante el tiempo de Cuaresma visitaron 18 hospitales y 4 centros penitenciarios para llevar esperanza a través de la administración de los sacramentos y la predicación.
Se trató de una experiencia alentada por el Arzobispo de Bogotá, Cardenal Luis José Rueda Aparicio, y por la Diaconía para el Desarrollo Humano Integral, en la que también participaron varios seminaristas y animadores de la evangelización que forman parte de las pastorales penitenciaria y de la salud.
En una nota publicada por El Catolicismo, medio informativo de la Arquidiócesis de Bogotá, se indicó que los sacerdotes “administraron los sacramentos de la Penitencia y la Unción de los Enfermos” y acogieron a las personas “en la escucha, acercando la Palabra de Dios en escenarios de fragilidad humana y necesidad de fortaleza espiritual”.