Tradicionalmente, la Iglesia Católica ha denominado “Semana de Pasión” a la última semana de la Cuaresma, previa al inicio de la Semana Santa.
Se trata de un tiempo especialmente dedicado a profundizar en la reflexión sobre el sentido cristiano de la Semana Santa.
A pesar de los cambios litúrgicos realizados en la Iglesia durante el siglo XX, diversas celebraciones de la Semana de Pasión se han mantenido a través de las décadas, como es el caso del Viernes de Dolores, dedicado especialmente a los dolores que experimentó la Virgen María durante su vida, especialmente durante la Pasión y Muerte de Cristo.