El Papa Francisco ha decidido intervenir de viva voz en la mañana de este viernes para “subrayar” que “el peligro más feo es la ideología de género, que borra las diferencias”, a pesar de volver a ceder la lectura de su discurso previsto en su primera audiencia de la mañana.

En un encuentro con los participantes de la Conferencia Internacional Hombre-Mujer Imagen de Dios. Por una antropología de las vocaciones, que se celebra este fin de semana en Roma, el Papa ha reconocido que aún le cansa leer: “Todavía estoy resfriado y me fatigo leyendo un rato”, motivo por el que ha cedido la lectura de su discurso. 

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Sin embargo, ha tomado la palabra brevemente para señalar como “muy importante que haya este encuentro, este encuentro entre hombres y mujeres” ante “el peligro” de la ideología de género. 

Además, explicó que ha solicitado “estudios sobre esta fea ideología de nuestro tiempo, que borra las diferencias y hace que todo sea lo mismo; borrar la diferencia es borrar la humanidad”. 

En este sentido, el Pontífice ha añadido que “el hombre y la mujer, en cambio, se encuentran en una fructífera ‘tensión’” y ha recomendado la lectura de la novela El Señor del Mundo que, a su entender, “habla de lo futurista y es profética, porque muestra esta tendencia a borrar todas las diferencias. Es interesante leerla, si se tiene tiempo, porque están estos problemas de hoy”.

Dimensión antropológica de toda vocación

A continuación, como en otras ocasiones, fue Mons. Filippo Ciampanelli el encargado de continuar con la lectura del discurso previsto en el que el Papa Francisco expone que “considerar y valorar la dimensión antropológica de toda vocación” remite a la verdad “elemental” de que “la vida del ser humano es vocación”. 

Esto supone que el ser humano “se descubre y se expresa como llamado, como persona que se realiza en la escucha y en la respuesta”. Tener conciencia de ello “nos saca del aislamiento de un yo autorreferencial y nos hace mirarnos como una identidad en relación: existo y vivo en relación con quien me ha generado, con la realidad que me trasciende, con los demás y con el mundo que me rodea”, prosigue el texto. 

El Papa enfatiza que “esta verdad antropológica es fundamental porque responde plenamente al deseo de realización humana y de felicidad que habita en nuestros corazones” a pesar de que en el contexto actual “se tiende a olvidar u oscurecer esta realidad”.

Ese deseo, que se concreta en una “misión” que se caracteriza por no tratarse “de una tarea externa confiada a nuestra vida, sino de una dimensión que implica nuestra propia naturaleza, la estructura de nuestro ser hombre y mujer a imagen y semejanza de Dios”.

La fidelidad nos lleva a correr riesgos

Al término de la lectura del discurso, el Santo Padre volvió a tomar la palabra para desear un buen trabajo a los participantes en el simposio y expresar unas palabras de ánimo sobre la fidelidad:

“No tengáis miedo en estos tiempos tan ricos en la vida de la Iglesia. El Espíritu Santo nos pide una cosa importante: fidelidad. Pero la fidelidad está en camino, y la fidelidad nos lleva a menudo a correr riesgos. La ‘fidelidad de museo’ no es fidelidad. Avanzad con la valentía de discernir y arriesgaos a buscar la voluntad de Dios”.