Episcopados, congregaciones y laicos en todo el mundo se han unido en oración en respuesta a la crisis que estalló el 9 de enero en Ecuador, cuando diversos grupos delincuenciales desencadenaron una ola de violencia que afectó varias ciudades, incluida la capital, Quito.
Durante la jornada de terror, las bandas criminales ocasionaron la muerte de 10 personas, tomaron el canal TC de Televisión cuanto transmitía en vivo y atacaron universidades y otras instituciones. En Guayaquil, epicentro de la violencia, se suscitaron incidentes de robos, saqueos y tiroteos en áreas comerciales.
En respuesta, el presidente Daniel Noboa declaró la nación en “conflicto armado interno” y ordenó a los militares “neutralizar” a los criminales. Además, ha clasificado a 22 bandas “del crimen organizado transnacional como organizaciones terroristas y actores no estatales beligerantes”.