Obispos de Venezuela dispuestos a iluminar la realidad nacional este 2024

Por Andrés Henríquez

9 de enero de 2024

Ene 9, 2024

Los obispos venezolanos iniciaron ayer, 8 de enero, su acostumbrada asamblea anual, que servirá para discernir los asuntos más relevantes de la actualidad del país y definir los mecanismos de acción que tomará la Iglesia para acompañar e iluminar el acontecer nacional.

La Iglesia Católica en Venezuela seguirá “con mucha atención” el desarrollo del proceso electoral para elegir a un nuevo presidente a finales de 2024, según informó Mons. Jesús González de Zárate, Obispo de Cumaná y presidente de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), durante la inauguración de la asamblea ordinaria plenaria del episcopado.

En su intervención inaugural, Mons. González se refirió a las elecciones presidenciales pautadas para este año, indicando que la Iglesia Católica no está comprometida con ningún sector político, sino “con el conjunto de la población, especialmente con los más necesitados”. Además, pidió a los candidatos y facciones políticas actuar desde la “verdad y honestidad en sus planteamientos y propuestas”.

Una sociedad en crisis

Además de los problemas a nivel político y económico, el episcopado venezolano urge trabajar para dar solución a la “dimensión ética” del país, que se encuentra en una “profunda crisis” que se expresa en “la pérdida generalizada de los valores ciudadanos, la desintegración familiar, la violencia extendida que genera pérdida de vidas y el deterioro de lo público como servicio al bien común”.

Mons. González se pronunció en contra de “las limitaciones en el ejercicio de la libertad personal y social, la merma progresiva del sentido de responsabilidad y la esperanza”.

Más en América

San Jorge anima a “matar dragones” como el pecado y el odio, afirma cardenal

Leer la noticia

“En el marco de lo ético hay que destacar en el año que acaba de terminar los significativos casos de corrupción administrativa que se dieron en instituciones del Estado (PDVSA y Sunacrip). A pesar del número grande de detenidos, no se ve una respuesta contundente a esta situación”, señaló.

El presidente de la CEV añadió también que en la dimensión ética de la crisis venezolana resaltan las continuas violaciones de los derechos humanos de muchos ciudadanos por parte del Estado, y sobre las cuales ya se han pronunciado —en reiteradas ocasiones— organizaciones nacionales e internacionales.

El conflicto por el Esequibo

“La Iglesia, en el cumplimiento de su misión evangelizadora, con su presencia constante y acción civilizadora, siempre ha defendido la soberanía de nuestro territorio”, expresó Mons. González, quien espera que el conflicto entre Guyana y Venezuela —que empeoró luego del referéndum consultivo del 3 de diciembre de 2023—  pueda solucionarse de manera pacífica y negociada.

Venezuela y una “tercera guerra mundial a pedazos”

El Obispo de Cumaná se hizo eco de las palabras del Papa Francisco, quien ha afirmado que el mundo atraviesa una “tercera guerra mundial a pedazos”, caracterizada por conflictos bélicos en varios lugares del planeta, entre los que resaltan Gaza, Ucrania y Siria.

Estos conflictos, explica Mons. González, afectan también a Venezuela “por su condición de país petrolero” y por “los cambios que se han introducido en la dinámica económica mundial”. En ese sentido, describió como las consecuencias de la precaria situación económica venezolana afectó en 2023 a los más débiles de la sociedad.

“El número de quienes cruzan nuestras fronteras en búsqueda de una mejor vida no cesa. Con nuevos dinamismos y formas de realización el flujo migratorio sigue siendo una realidad que trae gran dolor a la familia venezolana. Este está expuesto a muchas situaciones de peligro y dolor”, afirmó.

Asimismo, el episcopado señala las causas de esta migración masiva —en su mayoría de orden económico— como la inflación descontrolada y los bajos salarios. “Venezuela acumuló una inflación cercana al 200% que, aunque más baja que otros años, sigue siendo de las más altas del mundo”, expresó el presidente de la CEV.

“Ante la indiferencia de las autoridades al tema migratorio, la Iglesia debe contribuir a que no se olvide, y favorecer servicios de atención y acompañamiento integral (material, espiritual, pastoral) a los migrantes y sus familias”, concluyó.