Luego del rezo del Ángelus, el Papa Francisco recordó desde el balcón del Palacio Apostólico el abrazo que el 5 de enero de 1964 se dieron San Pablo VI y el Patriarca ecuménico Atenágoras, un gesto que ha ayudado a acercar a católicos y ortodoxos tras siglos de incomunicación.
“Hace sesenta años, en estos mismos días, el Papa San Pablo VI y el Patriarca ecuménico Atenágoras se reunieron en Jerusalén, rompiendo un muro de incomunicación que había mantenido separados durante siglos a católicos y ortodoxos”, indicó el Pontífice a los 40.000 fieles reunidos en la Plaza de San Pedro.