Durante la Jornada de Oración, Ayuno y Penitencia por la paz en el mundo que presidió este viernes 27 de octubre en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco consagró al mundo, golpeado por la guerra, al cuidado de la Virgen María: “Tú, Señora de todos los pueblos, reconcilia a tus hijos, seducidos por el mal, cegados por el poder y el odio. Tú, que estás cerca de cada uno, acorta nuestras brechas de separación”.
“Tú, que tienes compasión de todos, enséñanos a hacernos cargo de los demás. Tú, que revelas la ternura del Señor, haznos testigos de su consolación. Tú, Reina de la paz, derrama en los corazones la armonía de Dios. Amén”, imploró en su oración.
En esta Jornada, convocada por el Santo Padre para pedir el fin de la guerra en Tierra Santa, en Ucrania y en el mundo entero, el Pontífice presidió un momento de oración que se inició a las 18:00 (hora local), con el rezo del Rosario, en el que se meditaron los Misterios Dolorosos.