En respuesta a la “devastación” ocasionada por las recientes tormentas y huracanes en el país, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) convocó a la solidaridad para “brindar ayuda generosa a los damnificados, especialmente a los más pobres y vulnerables”.
“En estos momentos difíciles hacemos un llamado a la unidad y la fraternidad entre todos los mexicanos”, expresaron los obispos a través de un comunicado difundido este 25 de octubre. Además, alentaron a que “nadie se quede indiferente ante el sufrimiento de los demás”.
En particular, manifestaron su cercanía con las personas de las diócesis de Acapulco, Tlapa y Chilpancingo-Chilapa en el estado de Guerrero, así como con los habitantes del sur del estado de Oaxaca, zonas que han sufrido un mayor impacto.