El Papa Francisco dirigió un discurso a las autoridades, la sociedad civil y al cuerpo diplomático presente en Mongolia. Tuvo lugar en la sala “Ikh Mongol” del Palacio de Gobierno ubicado en la capital, Ulán Bator. En su alocución, el Pontífice resaltó la muy estrecha unión entre “la tradición y la modernidad” en toda Mongolia y destacó que este país "se propone realizar un papel importante para la paz mundial".
El mensaje giró en torno a las ger (casas nómadas tradicionales), que el Papa fue comparando con aspectos resaltantes de la cultura y la sociedad mongola. Afirmó que se siente a las puertas de una: “llegando de puntillas y con el corazón alegre”, deseando enriquecerse con la presencia de todos los mongoles.
“Las ger, presentes tanto en las zonas rurales como en los centros urbanos, testimonian además el precioso connubio entre la tradición y la modernidad; en efecto, ellas acomunan la vida de los ancianos y los jóvenes, expresando la continuidad del pueblo mongol, que desde la antigüedad hasta el presente ha sabido custodiar las propias raíces, abriéndose, especialmente en los últimos decenios, a los grandes desafíos globales del desarrollo y de la democracia”, indicó el Sumo Pontífice.