Consultado sobre su vínculo con el Papa Francisco, el sacerdote recordó que cuando Jorge Bergoglio era Arzobispo de Buenos Aires y Cardenal Primado de Argentina, solía pedir audiencias con cierta frecuencia para hablar con él y "a cualquier hora me atendía", subrayó.
"Entonces le decía mis problemas, mis dificultades, mis dudas, sobre todo en la Confesión, y él en dos palabras, sonriendo, solucionaba enseguida el problema, y así fui relacionándome con él. Iba bastante a menudo, tuvimos una cierta amistad, cierta confianza con él".
"Yo le hablaba realmente como a un hermano, a un padre, a alguien que me comprendía, y ahí seguimos hasta que en 2013 me lo llevaron de acá", rememoró.
"Yo le decía que tenía escrúpulos porque a veces me decían que era muy 'manga ancha', que perdonaba todo, y yo decía: no puedo hacer otra cosa, si Jesús no negó el perdón a nadie", comparó.