Cada 7 de junio se recuerda a la Beata Ana de San Bartolomé, religiosa carmelita, mística y discípula de Santa Teresa de Jesús. Sor Ana impulsó, con grandes frutos, la expansión de la reforma carmelita descalza en Francia y los Países Bajos.
Fue proclamada "Libertadora de Amberes" (Bélgica) ya que la antigua ciudad de Flandes, que había sido escenario de los enfrentamientos entre católicos y protestantes durante buena parte del siglo XVI, ganó en paz y prosperidad gracias a la fundación del monasterio carmelita descalzo liderado por la Beata Ana.
El monasterio le dio nueva vida a la ciudad, la que alguna vez fue llamada "la más bella de las ciudades" en los siglos anteriores. Posteriormente, Amberes se salvaría de la destrucción a manos de los holandeses, gracias a que los católicos de allí se encomendaron a la beata.