Cada 6 de abril la Iglesia recuerda a San Pedro de Verona, sacerdote y fraile dominico, teólogo, predicador y miembro del Tribunal del Santo Oficio. San Pedro Mártir, como también se le conoce, fue el segundo miembro de la Orden de Predicadores en ser canonizado (el primero fue Santo Domingo de Guzman, su fundador), tan solo once meses después de su muerte, por lo que su proceso de canonización es considerado el más breve de la historia.
A Pedro de Verona, además, se le cuenta entre los mártires. Siendo un valiente predicador, cumplió con su misión al punto de entregar la vida por Cristo. Su prédica estuvo dedicada a combatir los errores de su tiempo, en especial la herejía de los cátaros o albigenses, quienes, en el siglo XIII, habían extendido su "maniqueísmo cristiano" con relativo éxito por Europa occidental, incluyendo el centro y norte de Italia, de donde el santo era originario.
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