JD Vance, el segundo vicepresidente católico en la historia de Estados Unidos, expuso esta semana una visión marcadamente cristiana para la política estadounidense en un discurso en el que declaró que “la única cosa que verdaderamente ha servido como ancla de los Estados Unidos de América es que hemos sido, y por la gracia de Dios siempre seremos, una nación cristiana”.
Hablando ante más de 30.000 jóvenes conservadores en el AmFest 2025 de Turning Point USA, unos tres meses después de la muerte del fundador de TPUSA, Charlie Kirk, Vance pidió una política arraigada en una fe cristiana que honra a la familia, protege a los débiles y rechaza lo que describió como una “guerra” de décadas contra el cristianismo en la vida pública.
La fe cristiana ha proporcionado un “lenguaje moral compartido” desde la fundación de la nación, argumentó el abogado formado en Yale, lo que dio lugar a “nuestra comprensión de la ley y los derechos naturales, nuestro sentido del deber hacia el prójimo, la convicción de que los fuertes deben proteger a los débiles y la creencia en la conciencia individual”.
“El cristianismo es el credo de Estados Unidos”, dijo el vicepresidente entre fuertes aplausos, al tiempo que reconocía que no todos tienen por qué ser cristianos y que “debemos respetar el camino de cada individuo” hacia Dios. Aun así, señaló que “hasta nuestra famosa idea estadounidense de libertad religiosa es un concepto cristiano”.
Vance describió cómo, en las últimas décadas, la “libertad religiosa se transformó en libertad de religión” como resultado del asalto cultural a la fe cristiana por parte de quienes, “en la izquierda”, han “trabajado por sacar el cristianismo de la vida nacional. Lo han expulsado de las escuelas, de los lugares de trabajo, de los sectores fundamentales del espacio público”.
“Y en un espacio público desprovisto de Dios, obtuvimos un vacío. Y las ideas que llenaron ese vacío se aprovecharon de lo peor de la naturaleza humana en lugar de elevarla”, añadió.