El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, calificó la seguridad fronteriza de “humanitaria” en respuesta a los comentarios del Papa León XIV sobre la política migratoria en el país.

“La seguridad fronteriza no sólo es buena para los ciudadanos estadounidenses”, dijo Vance en una entrevista con Matthew Boyle, de Breitbart, el 20 de noviembre. “Es la cosa humanitaria que se debe hacer para el mundo entero”.

Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram

Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:

El Papa León XIV, el 18 de noviembre, pidió a los estadounidenses que escuchen el mensaje de los obispos de Estados Unidos, quienes se oponen a “la deportación masiva indiscriminada de personas”, y exhortó a un trato humano hacia los migrantes.

“Nadie ha dicho que Estados Unidos deba tener fronteras abiertas. Creo que cada país tiene derecho a determinar quién entra, cómo y cuándo entra la gente”, dijo el Papa.

Vance afirmó que ha seguido de cerca los comentarios del Santo Padre como “un católico devoto”.

“Puede que no lo sepan, si se guían únicamente por los comentarios de algunas personas en las redes sociales, pero la postura de la Iglesia Católica sobre este asunto es, en realidad, bastante clara”, señaló Vance.

“Es que, sí, hay que tratar a los inmigrantes con humanidad”, dijo Vance. “Por otro lado, toda nación tiene derecho a controlar sus fronteras. Y, obviamente, cómo se logra ese equilibrio es muy importante, pero hay mucho margen allí para, en realidad, controlar tus propias fronteras por el bien de tu propia gente”.

El mensaje especial de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos (USCCB, por sus siglas en inglés) afirmó que los países tienen la “responsabilidad de controlar sus fronteras y establecer un sistema de inmigración justo y ordenado”. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que “las naciones más prósperas tienen el deber de acoger, en cuanto sea posible, al extranjero”.

Los obispos de Estados Unidos dijeron que lamentan las condiciones en los centros de detención y la falta de acceso a atención pastoral. Los obispos también manifestaron que los “entristece profundamente el tono que ha adoptado el debate contemporáneo”.

Vance dijo que las “fronteras abiertas” no promueven la “dignidad [humana], ni siquiera de los propios migrantes ilegales”, y citó el tráfico de drogas y de personas.

“Cuando empoderas a los cárteles y cuando empoderas a los tratantes de personas, ya sea en Estados Unidos o en cualquier otro lugar, estás empoderando a las peores personas del mundo”, afirmó Vance.

“Mi prioridad, mi responsabilidad, es velar por la gente de los Estados Unidos de América, y no se puede hacer eso si estás inundando el país con un montón de inmigrantes ilegales y con las drogas y el crimen que traen”, dijo Vance.

Según la secretaria de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Kristi Noem, este año, hasta octubre de 2025, casi medio millón de inmigrantes sin estatus legal en el país habían sido arrestados. “El 70% de esas personas tienen cargos penales en su contra o han sido condenadas por esos cargos penales”, dijo Noem.

La administración ofrece actualizaciones periódicas sobre “lo peor de lo peor” de los criminales que detienen entre la población inmigrante sin estatus legal en el país.

Mientras tanto, múltiples estudios de investigación han demostrado que, en conjunto, los inmigrantes no cometen más delitos que las personas nacidas en Estados Unidos y que, de hecho, tienen menos probabilidades de cometer delitos. El economista de la Universidad de Stanford Ran Abramitzky descubrió que, desde la década de 1960, los inmigrantes tienen un 60% menos de probabilidades de ser encarcelados que las personas nacidas en Estados Unidos.

Un estudio del Instituto Cato, de orientación libertaria, que analizó más de una década de datos, concluyó que los inmigrantes, incluidos aquellos que ingresan al país de manera ilegal, tienen una tasa de criminalidad más baja que la población nativa.

Por ejemplo, en 2023, la tasa de encarcelamiento de los estadounidenses nacidos en el país fue de 1.221 por cada 100.000 personas. Para los inmigrantes legales, fue de 319 por cada 100.000, y para los inmigrantes en el país de manera ilegal, fue de 613 por cada 100.000.

“A pesar de los obstáculos y prejuicios, por generaciones, los inmigrantes han contribuido inmensamente al bienestar de nuestra nación”, dijeron los obispos de Estados Unidos.

Traducido y adaptado por el equipo de ACI Prensa. Publicado originalmente en CNA.